Colombia.

En esta biofábrica de mosquitos en Colombia los científicos trabajan en un ambicioso experimento para combatir el dengue.

Desde hace casi una década, el World Mosquito Program (WMP) ha venido reemplazando a la población local de mosquitos ‘Aedes aegypti’ por insectos de la misma especie, pero modificados biológicamente. A diferencia de sus paredes silvestres, contiene la bacteria wolbachia.

Los mosquitos que son portadores de wolbachia son mosquitos que generan cierta protección a la comunidad porque la wolbachia genera una barrera en estos mosquitos que impide que haya transmisión del virus del dengue”, explicó Beatriz Giraldo, bióloga en el WMP.

Gracias a la introducción de esta bacteria que no altera el ADN de los insectos, estos mosquitos no contagian el dengue, una enfermedad endémica de zonas tropicales que provoca fiebres, dolores de cabeza, vómitos, dolor muscular, y en los casos más graves, hemorragias fatales.

“Pero esa tecnología de nuevo esta idea para que una bacteria que está viva, dentro de un organismo que es el mosquito y está vivo, pueda ser liberada para seguir preservando la vida”, dijo Nelson Grisales, biólogo y director de implementación en el WMP.

Los mosquitos modificados nacen en el laboratorio y son transportados en frascos hasta zonas castigadas por el dengue. Allí se cruzan con mosquitos silvestres y van reemplazando a la población local gradualmente a medida que se reproducen.

“Y fijaron que pues bien qué era, nos dijeron que sí podíamos dejar que colocaran la trampa, una trampa aquí, que era para un bien nosotros de la comunidad y todo eso”, dijo Patricia Chica, líder comunitaria.

Los resultados en el municipio de Bello, en la zona metropolitana de Medellín, son prometedores. La incidencia del dengue pasó de 144,7 casos anuales por cada 100 mil habitantes antes del experimento, a 6,4 anuales por cada 100 mil habitantes a partir de 2021.

Pero a algunos pobladores no les convence la idea. El programa enfrenta una campaña de desinformación en redes sociales, según la cual, Bill Gates, uno de sus financiadores, usa estos mosquitos para propagar otras enfermedades o que tienen chips para control mental.

“A pesar de la cantidad de desinformación que nos llega, nosotros tenemos todas las herramientas y toda la evidencia para demostrar y desmentir cualquiera de estas cosas”, agregó Grisales.

Antes de Medellín el programa se aplicó en Yakarta, Indonesia, en Niterói, Brasil con resultados igualmente satisfactorios. La iniciativa también se está implementando en la ciudad colombiana de Cali, donde también fue recibida con ciertas reservas.

A muchas personas no les gustó, pues porque de primer impacto le hacen liberación de zancudos, pero a medida que se le está haciendo el seguimiento, que se le está haciendo las explicación adecuada, ellos lo aceptaron”, contó Albency Orozco, líder comunitaria.

Por el momento el proyecto funciona como una iniciativa particular autorizada por los gobiernos locales, pero sus responsables esperan que pronto sea considerada como una política pública.