Sudáfrica.
La economía de Sudáfrica depende del carbón. Pero los críticos resaltan el elevado coste de esa estrategia. “Es un hecho científico que la contaminación mata. El Gobierno debe actuar ya”, dijo Duduzile Mkhwanazi, vive en Malahleni.
Doce centrales térmicas ubicadas en el llamado cinturón del carbón del país, generan el 80% de la energía que consume Sudáfrica. En 2019 Greenpeace declaró esta región como la más contaminada de la Tierra.
“Lo sufrimos cada día. No podemos respirar. De noche te preguntas si volverás a despertarte con vida”, destacó Mkhwanazi.
La calidad del aire mejorará si se reduce la combustión de carbón. Pero la industria causante de esas emisiones emplea a 100 mil personas y prescindir de ella tendría graves consecuencias.
Para Promise Mabula, la directora de una ONG ambientalista local, una transición a energías renovables es vital. Vukani tiene su sede en las afueras de Mala Lenny. Esta ONG instaló placas solares en su propio tejado para demostrar que generar energía puede estar en manos de la comunidad. Según Vukani, la energía solar puede ser una oportunidad para crear empleo local y mejorar el medio ambiente.
Mabula difunde esta visión entre los jóvenes de su comunidad. “Nosotros hablamos de la red eléctrica que queremos para la comunidad con energía gestionada por la propia comunidad y la posibilidad de que los jóvenes especialmente puedan crear e implementar fuentes de energía ellos mismos, colocando paneles fotovoltaicos en los tejados”, relató Mabula.
¿Pero puede la energía solar sustituir realmente a las centrales eléctricas? ¿Y cómo pueden las comunidades financiar su propia energía verde? Thomas Mnguni se ocupa de estas cuestiones. Trabaja para Groundwork, una organización que aboga por una transición energética justa, con nuevos y mejores empleos.
“Creo que parte de nuestra constitución habla de un equilibrio perfecto entre el desarrollo y el derecho a la salud. Así que no se trata de elegir. Podemos impulsar nuestro desarrollo económico y al mismo tiempo preservar la salud de la gente”, dijo Mnguni.
Pero para esta vecina de la región carbonífera, la transición es urgente. Tras recoger a su hija del jardín de infantes, se encuentra con que su casa se ha quedado sin electricidad. Los cortes de suministro afectan a su barrio hasta tres veces al día. Irónicamente, quienes sufren la contaminación son también quienes se quedan sin luz.
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