México.
La tortilla elaborada con harina de maíz es uno de los alimentos principales de la dieta del mexicano. Para saber si al integrar otros ingredientes que ven un mayor aporte nutrimental, las personas podrían consumir un producto que se denomina supertortilla. Se realiza un estudio científico con los procesos mentales y comportamientos de compra en plan de neuromarketing. El doctor José Trinidad Marina Guilab explicó los pormenores de este trabajo.
“El departamento de Mercadotecnia con la Universidad de Bonn en Alemania, estamos desarrollando un proyecto para generar lo que nosotros le llamamos supertortillas. ¿Qué es esto de las supertortillas? Es una mezcla de harina tradicional de maíz con algunas otras propuestas que se han estado investigando y bueno el proyecto lo que busca es disminuir la aberración o el desagrado a productos novedosos donde a través de estudios de neuromarketing estamos comprobando cuáles son las harinas que podrían ser más atractivas para los consumidores habituales en México”, destacó Dr. José Marín.
Desde la Universidad Autónoma de Aguascalientes están realizando las pruebas de neuromarketing a un grupo de voluntarios quienes manifiestan su preferencia de mezcla para la supertortilla. Hay ocho tipos diferentes de harinas. Ahora cuentan con ocho harinas solamente que ya das la mezcla entre ellas por ejemplo harina de chapulín, alga, mezquite y entre otras, que van a ayudar a mejorar la dieta de los mexicanos.
Son procesos que van en diferentes niveles. Se hace un eye tracking que hace el seguimiento ocular de la persona para determinar si realmente existe o no existe interés sobre el producto. Después con herramientas de encefalogramas que tienen en el laboratorio, miden la reacción en la corteza cerebral y determinan si efectivamente el usuario está o no interesado en el producto que se presenta.
Miden la novedad en dos aspectos: primero la novedad como un producto que se pueda rechazar por el desconocimiento; y por otro, también a través de los estudios de neuromarketing medimos el agrado que puede haber en esa novedad de productos que se han diseñado en laboratorio en realidad para poderse comercializar en un futuro.
A simple vista lo único que cambiaría la tortilla actual sería las tonalidades y podrían tener un color un poco verdoso, por ejemplo, en el caso de las algas o un rojizo en el caso de la harina de chapulín.
El doctor Marín Aguilar destacó que la industria de la tortilla no deberá realizar inversión en maquinaria para hacer la supertortilla, los resultados de la investigación se presentarán a los legisladores para que pueda ser considerada una política pública en el país. El proyecto es muy ambicioso porque de aquí se van a generar propuestas precisamente para hacer políticas públicas que permitan la modificación justamente de la dieta del mexicano a nivel nacional.
Por: UAA.
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