Atenas.

Meses de temperaturas por encima de lo habitual en invierno y en verano, pocas precipitaciones y sequía. Esta combinación, atribuida al cambio climático, ha reducido drásticamente las reservas de agua en las islas griegas justo cuando la demanda se dispara en plena temporada turística.

Ante esta situación las autoridades de la pequeña isla de Sifnos, en el archipiélago de las Cícladas, han pedido que se declare el estado de emergencia tras constatar que en algunas partes el consumo de agua durante junio duplicó el registrado el mismo mes de 2023.

De 3.000 habitantes, esta isla de 74 kilómetros cuadrados fue visitada el año pasado por más de 135.000 turistas.

«En algunas localidades el consumo era el doble que en junio pasado, con lo que calculamos que entre julio y octubre el consumo alcanzaría los 300.000 metros cúbicos mientras que nuestra capacidad de suministro para ese período es de unos 270.000«, explica a EFE por teléfono la alcaldesa de Sifnos, María Nadali.

Debido al árido invierno, que fue el más caluroso desde que existen registros en Grecia, el agua en los pozos es mínima.

Además, la mayor unidad de desalinización en la isla presentó un fallo en junio y paró de producir agua para el uso humano, lo que provocó cortes en el suministro, si bien la situación se ha normalizado desde entonces, cuenta la edil.

 

Uso racional del agua

 

Las numerosas mansiones con grandes jardines y piscinas construidas en los últimos años agravan la situación en la isla, y el Ayuntamiento ha instado a la población y los turistas a racionalizar el uso del agua.

«Por muchas medidas que tomemos, éstas no van a dar resultado si la gente no coopera», subraya Nadali.

El consejo municipal de la isla ha advertido de que realizará controles y podrá impedir el acceso a la red de suministro a aquellos con un consumo desmesurado de agua.

 

Estado de emergencia

 

Además de Sifnos, el estado de emergencia por la escasez de agua se ha declarado también en la isla de Leros, en el Egeo oriental, y algunas regiones de las islas de Creta y Cefalonia.

En las islas de Cárpatos y Serifos se han impuesto restricciones al suministro de agua para piscinas.

«Nuestros embalses están casi vacíos, tienen una cantidad de agua que equivale a cinco días de suministro bajo condiciones normales«, advierte Emanuíl Kurletakis, teniente de alcalde del municipio de Minoa Pediada, situado en el centro de Creta.

Las autoridades locales están realizando perforaciones con la esperanza de encontrar nuevos pozos de agua, mientras que, según Kurletakis, los cultivos locales de olivo y patata se han visto seriamente dañados por la escasez.

Embalses vacíos en la isla de Naxos

 

Mientras, en la isla de Naxos, la más grande de las Cícladas, los embalses están casi vacíos, y las necesidades se cubren con unidades de desalinización y cientos de pozos dispersos en la isla.

No obstante, según cuenta Dimitris Lianos, alcalde de esta isla de unos 20.000 habitantes que cada año es visitada por decenas de miles de turistas, hasta el momento no hay problemas en el suministro para viviendas y empresas locales.

«Naxos ha tenido siempre un gran potencial hídrico con muchas aguas subterráneas», señala Lianos, quien recalca que exactamente por esta razón el 70 % de las necesidades se cubren a través de pozos y perforaciones.

Sin embargo, los agricultores de la isla, especialmente los que cultivan la famosa patata de Naxos, denuncian que la escasez ha dañado este año gran parte de sus cosechas.

Muchos de los pozos que utilizan han sido contaminados por agua salada, lo que puede ocurrir cuando ante la falta de agua dulce la salada se filtra en ellos, denuncian los campesinos.

Lianos admite que los recursos hídricos han disminuido en varias zonas de la isla debido a la sequía y las altas temperaturas, aunque se muestra optimista de que la situación puede mejorar si se realizan más obras de infraestructura, algo que requeriría un aumento de los fondos estatales destinados a los municipios isleños.