Panama.-

Armadas de varios libros de contabilidad y una pequeña caja fuerte, las mujeres del poblado Ipeti Embara, en el corazón de la selva panameña, lideran una caja rural y se han propuesto convertirla en un banco para los indígenas y así acabar con la marginación que sufren.

Cansadas de los obstáculos y la discriminación, de no ser objetos de crédito para tener una cuenta, y una entidad financiera por el hecho de no contar con ingresos estables y por ser indígenas, estas mujeres emprendedoras crearon, desde 2015, el proyecto con apenas 22 “socias” como comúnmente se dicen entre ellas.

Cuentas de ahorro, libretas navideñas e incluso préstamos son parte del abanico de servicios de este proyecto liderado por mujeres .

La Presidenta de la Caja Rural Ipeti, Melina Casama explica que esta iniciativa para combatir la exclusión financiera que viven gran parte de las personas con bajos ingresos, sobre todo indígenas, da paso a que estos puedan obtener, sin tantos requisitos, asistencia monetaria a cambio de un compromiso de pago.

Para acceder a este beneficio es necesario que la persona sea del poblado Ipeti, tener al menos 18 años de edad y ser socio.

La caja rural, planeada y supervisada por la ONG internacional Brigadas Globales, cuenta hasta ahora con un capital de 13,577 dólares con 94 centavos, sin incluir los activos.  

El proyecto ha sido el remedio para suplir las necesidades que sufría esta comunidad, y hasta el momento ha servido para solventar algunas en específico como educación y salud, de la mano de las mujeres indígenas a las que no las detiene el mundo de las finanzas.

Por: EFE