Honduras.
El circuito didáctico de educación ambiental, Tasba Pranakira, ubicado en la cuenca Marconi, en Puerto Lempira de Gracias a Dios, tiene el propósito de concientizar a la población juvenil sobre el daño que se ha causado al medio ambiente, y de esta manera, influir en la conciencia de los más pequeños para que conozcan formas de cuidar la creación de la naturaleza.
“Está el críque Zazcalawala, el críque Usnubia, el críque Parulalma y el críque Marconi. De los cuales uno ya no tiene el título de críque, podríamos decir, porque se ha perdido. Porque han talado mucho los árboles que estaban en la orilla del críque, entonces el río se fue poco a poco secándose hasta que se terminó en un desierto. El críque Zazcalawala ya no es críque”, destacó René Blucha, Parroquia San José, Pto. Lempira.
El críque uhunuya, según los expertos de aquí a ocho años, se podría perder por lo que solo quedan dos cuencas intactas, el Parulalma y el Marconi. El objetivo de este proyecto es poder enseñar a los estudiantes de todas las escuelas de este departamento sobre la educación medioambiental en un lugar libre que sirva de motivación para cada uno de ellos.
“Vamos a la primera estación, pasando el primer puente a la estación LI. LI significa agua. Ahí hablamos sobre el ciclo del agua y vamos a los niños incidiendo en la conciencia de cómo el agua, como algo fundamental que se debe cuidar para poder sostener la vida en el mundo y le mostramos de una otra forma con pequeños ejemplos de lo que se ha ido sucediendo durante los últimos 20 años aquí en el departamento de Gracias a Dios”, destacó Blucha.
La segunda estación de este circuito se llama DUS, que significa árbol, donde se enseña el proceso de la fotosíntesis tipo de árboles y plantas. La tercera estación lleva por nombre NASMA, que significa abeja. Se le dio este nombre en honor a un enjambre de abejas africanas que había en esa zona, pero que fue dañado por pobladores para extraer la miel. En este punto se habla sobre la capa de ozono, el calentamiento global y el cambio climático. Y finalmente la última estación sirve a los jóvenes para que puedan nadar en una laguna de la cuenca y conectar con la naturaleza.
Este proyecto atiende a más de cinco mil niños y es una iniciativa de la parroquia San José de Puerto Lempira, administrado con fondos propios. Es de mucha ayuda para los jóvenes para que puedan conocer de una manera directa el cuidado de nuestro planeta y sus maravillas.
Por: STVE.
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