Valencia, España.
La investigación del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva (ICBIBE) de la Universidad de Valencia, en colaboración con la Universidad Europea de la misma ciudad y la Universidad Europea de Madrid, constata que la contaminación plástica no solo afecta a los ecosistemas marinos, donde más se ha estudiado, sino también a los terrestres.
Además, el artículo explica que ambas especies preferiblemente seleccionan filamentos de plástico sobre otros deshechos del mismo material, a partir de contrastar los fragmentos que se encuentran en los nidos con los que están presentes en el entorno. En el caso de la urraca no hay selección de plásticos por el color y el tamaño, mientras que el verdecillo selecciona los filamentos más pequeños y evita el color negro.
Analizar plásticos ambientales encontrados «in-situ»
Este es el primer trabajo que incorpora los plásticos que se encuentran en el medio como objeto de estudio y que en el caso de Sagunt (Valencia), donde se ha elaborado, obtiene la cifra de 13889 piezas de plástico por hectárea como mejor estimación, según los resultados de la investigación. La preferencia por formas filamentosas se explica por la apariencia similar de los filamentos plásticos con los materiales naturales utilizados para construir los nidos de estas aves.
El artículo describe que tanto la urraca como el verdecillo seleccionan estos plásticos –que constituyen el 20 % del total de piezas observadas en los nidos– porque les resulta ventajoso por la gran disponibilidad de materiales artificiales en los cultivos y porque los tienen cerca.
Respecto al rechazo al color negro, los científicos apuntan al hecho de que el negro es un color que absorbe más calor. Se ha sugerido por la literatura científica que no poner elementos negros evita el sobrecalentamiento de la puesta, o de las crías. Además, el plástico blanco es el más habitual en el ambiente agrícola en el que se ha realizado el trabajo.
El estudio se ha realizado en naranjos de una parcela de Sagunt que ha sido controlada desde 1975 por el investigador honorario del Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biologia Evolutiva de la UV José A. Gil-Delgado. Esta cuenta con 17 hectáreas y en ella se encontraron piezas plásticas de hasta seis colores. El 46 % de estas excedían los 5 centímetros de longitud, un 28 % medían entre 2 y 5 centímetros y el 26% restante eran piezas de menos de 2 centímetros.
El estudio se efectuó entre marzo y agosto de los años 2018, 2019 y 2022. Los nidos se recogieron a principios de agosto, tras su abandono, y se conservaron y analizaron en el ICBIBE.
La urraca común es una especie de ave paseriforme (pájaros y aves cantoras) que habita en Eurasia. Es una de las aves más comunes en Europa y vuela hasta una altitud no superior a los 1500 metros sobre el nivel del mar. Por su parte, el verdecillo o serín es una especie de ave propia de Europa, norte de África y oeste de Asia. No está amenazada y su población europea se estima entre diecisiete y cuarenta millones de ejemplares.
Este estudio también ha sido parte del trabajo de fin de máster de María José Espinoza e Iván Labiada, estudiantes en su momento en el Institut Cavanilles de la Universitat de València.
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