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Binbin Wang y Li Wang, dos de las ochenta líderes científicas que recorren la Antártida en el barco Ushuaia, no caben de la alegría tras la visita inesperada a la Gran Muralla, la base de investigación china donde se ha logrado cultivar vegetales en condiciones extremas.

En el día 5 de la expedición, cuando todas estaban listas para acudir a la estación argentina Carlini, hubo un cambio de última hora tras confirmarse la entrada del que es, hasta ahora, el mayor grupo de mujeres a la base china La Gran Muralla, ubicada en la isla Rey Jorge de la Antártida.

La visita «me dejó muy orgullosa de mi país. Es la primera vez que esta estación acoge a tanta mujeres científicas», dijo emocionada Binbin Wang, directora de programa en el Instituto de Cambio Climático y Desarrollo Sostenible de la Universidad de Tsinghua.

Binbin forma parte de la expedición que zarpó el 31 de diciembre del puerto de la ciudad argentina de Ushuaia, en el marco del Homeward Bound, un programa australiano apoyado por Acciona, que busca visibilizar el liderazgo de la mujer en asuntos de interés global como el cambio climático.

La Gran Muralla, que comenzó operaciones en febrero de 1985, fue la primera estación de investigación china en la Antártida y en ella actualmente se realizan estudios de ecología polar, biología, microbiología, vegetación, investigación médica, sobre la población de aves y su adaptación al cambio del ecosistema, oceanografía, muestreo de rocas y la geología antártica.

Los científicos chinos lograron crear allí también un invernadero, donde cultivan el pepino y la berenjena, para que la comunidad de la base se sienta como en casa, afirma Binbin, «porque en China se comen muchos vegetales».

Tener un invernadero es un hito en un lugar como la Antártida, donde los habitantes temporales de las bases reciben los alimentos periódicamente en cargamentos en barcos, generalmente desde Chile o Argentina.

Para alcanzar una «cosecha», los científicos de la estación, ubicada en una roca libre de hielo, lograron adaptar el lugar ante el frío extremo, los vientos y, especialmente, la baja intensidad de luz que caracterizan a la Antártida.

«La idea es mantener una temperatura similar a la de Pekín o el norte de China durante el verano. Aunque en invierno, la falta de luz obliga a cerrar el invernadero», sostiene Li, investigadora científica de la Universidad de California en Davis (EE.UU.), al resaltar con orgullo este avance.

Homeward Bound, apoyada por la firma española de infraestructura y energías renovables Acciona, es una iniciativa global para mujeres del campo de STEMM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Matemáticas y Medicina) con miras a aumentar su visibilidad como líderes en el mundo.

Por: Notimex