Ecuador.

La basura electrónica es considerada la nueva plaga global, pues según cifras del programa para el medio ambiente de la ONU, se generan cerca de 50 millones de toneladas de desechos electrónicos al año en el mundo, cantidad suficiente para llenar al menos 500 estadios de fútbol.

“Actualmente la basura electrónica está categorizada de acuerdo al estado ecuatoriano como todos los residuos de aparatos electrónicos y eléctricos que se utilizan para el tema comunicacional, computadores, celulares, los aparatos que necesitan energía eléctrica para poder funcionar y que ya cumplen su vida útil”, destacó Diego Villalba, director de ambiente del municipio Ibarra.

Gran parte de estos desechos son enviados de forma ilegal a países más pobres, como Nigeria y Pakistán. Por otra parte, de esta masiva cantidad de desechos, solo el 20% se recicla adecuadamente. ¿Pero qué pasa con el resto de basura?

“Terminan que es un relleno sanitario o en su defecto un botadero así lo abierto”, comentó Villalba. El mismo destino tiene la basura electrónica en Ecuador, país en el que se produce una media de 93 mil toneladas de residuos electrónicos al año, esto según el Ministerio de Ambiente, pero lo grave del mal manejo de este tipo de basura es el grado de contaminación que se desprende de ella.

“Por ejemplo, uno de los principales metales que están dentro de estos elementos son, por ejemplo, el estaño, el silicio. Lamentablemente, si no se tiene un tratamiento adecuado, pueden contaminar las fuentes de suelo y de fuentes de agua justamente para el consumo humano. Entonces, es bastante delicado el manejo como de realizarse para este tipo de sistemas. No pueden desecharse como basura común en este caso”, explicó Juan Guamán, investigador de la UTN.

Y es que el impacto ambiental y la cantidad de basura electrónica no hacen más que crecer y crecer. Esta situación plantea un gran desafío a los gobiernos mundiales, que apuestan por las técnicas de reciclaje y minería de metales preciosos, actividad de la cual según el E -Waste Monitor podrían obtenerse más de 62 millones de dólares. Sin embargo, varios países como Ecuador y muchos otros de Iberoamérica no cuentan con sitios propicios para realizar esta actividad.

Mientras los gobiernos crean estrategias para lidiar con esta problemática, surgen proyectos ciudadanos que buscan hacerle frente y recubren a iniciativas como alargar la vida útil de los aparatos tecnológicos, tal como lo realiza la Universidad Técnica del Norte en Ibarre, Ecuador.

“En este caso la universidad tiene elementos electrónicos que justamente por las diferentes actividades y los diferentes campos del conocimiento que nosotros trabajamos, esos elementos electrónicos que por ejemplo para una cierta carrera ya no tienen una cierta utilidad, tienen utilidad para otra. Por ejemplo en nuestra facultad ha habido elementos que ya no estaban siendo útiles en nuestra facultad, ahora son útiles para nosotros y para el aprendizaje en este caso de nuestros estudiantes sobre el desarrollo de ocupación de elementos electrónicos. Entonces al fin y a cabo es una alternativa, no más que todo como una acción de desecho, pero sí para poder evitar generar más de este tipo de desechos”, concluyó Guamán.

Por: UTN.