El permiso de Neptuno para cruzar la línea ecuatorial, una tradición de alta mar

Ecuador.

Cruzar de un hemisferio a otro en el mar requiere del permiso del dios Neptuno, según la tradición de algunos marineros y tripulantes que deben ganarse su confianza para cruzar o sufrir las consecuencias de la mala suerte. Y la tripulación del Arctic Sunrise, el barco de la organización ecologista Greenpeace, no se olvida de ello.

Aunque no es algo obligatorio, ciertos tripulantes prefieren no tentar a la suerte y seguir las tradiciones mientras otros acompañan el evento por el simple gusto de participar y unos más no le dan importancia y recorren las azules aguas del Pacífico, sin incluso percatarse del momento en que se cruzó la línea ecuatorial.

Así lo dijo la alemana Christine Weiss, al momento de cruzar los hemisferios: “Si saltar es algo que siempre hago, en realidad no es una tradición marinera, pero creo que es divertido”.

El Arctic Sunrise partió del archipiélago de Galápagos hacia el norte en el marco de una expedición científica de la que forma parte EFE. Según Weiss, en la tradición náutica se piensa que el dios Neptuno tiene que autorizar el paso hacia el otro hemisferio y quien lo pide debe ser digno de merecerlo.

“Neptuno habla a través de aquellos que ya están familiarizados y ya han cruzado el océano, y son las personas que están autorizadas y pueden interpretar la voluntad de Neptuno y autorizan o no el permiso”, destacó Weiss.

Weiss es la tercera oficial del barco y explica que el cruce de la línea ecuatorial es un momento especial para los marineros. Pero, ¿qué pasa si se cruza sin la autorización de Neptuno? Pues puede traer mala suerte y consecuencias según las creencias, como lo afirma la alemana de 44 años entre risas mientras mira el océano infinito bañado por un fuerte sol que hace brillar sus aguas.

Entre bromas, la alemana pregunta si sintieron el cruce de la línea ecuatorial porque tan pronto el barco pasó al hemisferio norte, la embarcación dejó atrás su tranquilo navegar y comenzó a agitarse. Pero en realidad, asegura que es porque el barco abandonó el canal Simón Bolívar entre las islas Isabela y Fernandina y entró a mar abierto.