Antártida.

Andrea Bonilla es una bióloga colombiana que prepara un súper potente micrófono para grabar los sonidos en las profundidades de la Antártida.

Se trata del hidrófono con el cual esta científica busca entender los patrones de comportamiento de los mamíferos marinos, así como sus desplazamientos en la zona durante el invierno austral, época en que la Antártida se vuelve casi inhabitable.

“Este hidrófono está programado para grabar desde los cero hertz hasta los 128 kilohertz. Quiere decir que vamos a poder grabar desde sonidos de movimientos telúricos o movimientos sísmicos, hielo, ballenas, las grandes ballenas que vocalizan a baja frecuencia”, comentó Bonilla.

Bonilla tiene junto a otros científicos de la X Expedición Antártica de Colombia una doble tarea: recoger los hidrófonos que dejaron el año pasado junto a una misión turca para su posterior análisis y además sumergir nuevos aparatos.

“Y hay especies acá que suenan impresionantes como Star Wars. O sea, suenan como naves espaciales, entonces digamos que muy pocos oídos tienen el privilegio de monitorear este tipo de especies”, relató Bonilla.

La investigación será también un termómetro sobre la afectación en los mamíferos como las ballenas por la actividad humana, la contaminación ambiental y otros riesgos a los que están expuestos pese a habitar uno de los lugares mejor conservados del planeta.

“Cuando hay ruido se afectan las. Primero la comunicación directa, la caza de presas, el desarrollo, digamos, de actividades normales de la vida natural de las especies. Entonces a veces están sobre el mapa de manera directa y simplemente los animales no se pueden encontrar. Y en un ambiente marino el sonido es fundamental”, dijo Bonilla.

La investigación también busca respaldar una propuesta promovida por Chile y Argentina, que desde 2012 aspiran a convertir la península Antártica en un área marina protegida.

“Utilizaré esta información para apoyar la propuesta que se ha hecho de hacer esta zona de la Península Antártica, un área marina protegida. Entonces queremos sobrellevar nuestros datos con este tipo de propuestas para darle más peso a estas”, acentuó Bonilla.

Ya en tierra firme, la científica colombiana analizará un año de grabaciones, las cuales sobrevivieron a innumerables riesgos como el extravío del aparato o problemas técnicos.