Uruguay.-

El tango, el billar y la política, son algunos de los secretos y anécdotas que esconde en sus 95 metros el Palacio Salvo, un edificio montevideano que llegó a ser el rascacielos más alto de Sudamérica, y cumple 90 años.

A finales del 2016 en la planta baja de este edificio de 27 pisos, se abrió el Museo del Tango donde el 19 de abril de 1917 se estrenó la “Cumparsita” considerada el himno de este ritmo.

“Quien la interpretó fue Roberto Firpo, un director de orquesta argentino muy conocido en la región y la tocó en este mismo lugar. De hecho,  en el piso se encuentran grabadas dos estrellas que marcan el punto exacto donde se tocó por primera vez hace 101 años”, explicó Germán Bareiro, guía de la pinacoteca.

Llama la atención que en medio de este panorama está ubicada la casa del billar, un club que se considera un “santuario” donde solo tiene lugar la pasión por el billar y no hay cabida para los gritos ni las rocolas.

Sin embargo, este edificio de hormigón armado no solo acoge comercios ya que también hay personas que decidieron habitarlo.

Su inquilino más antiguo es Abelardo García Viera, quien se mudó a la edificación hace aproximadamente medio siglo, porque cuenta que desde pequeño le fascinaba la arquitectura y majestuosidad.

“El palacio está lleno de molduras y de vida, en mi opinión es un revival entre el estilo gótico y el renacentista”, dice el inquilino. El nonagenario edificio refleja la historia patria uruguaya a tres bandas y en clave de tango.

Por: EFE