Alemania.

¿Llegarán a hacer las computadoras más inteligentes que nosotros? Un primer paso en esa dirección, podría ser el paso de la inteligencia artificial, IA, a inteligencia artificial fuerte, IAF.

¿Cómo? La IA se usa para filtrar correo no deseado, ayudar a tu teléfono a entender tu voz o para buscar tumores por medio de rayos x. Pero estos sistemas sólo pueden desarrollar funciones específicas. A diferencia de nosotros los humanos, que destacamos en múltiples áreas, los radiólogos no se limitan a localizar células cancerosas.

También pueden entender el lenguaje, pueden reconocer que un mensaje es de un correo no deseado y pueden aprender a montar en bicicleta, tocar el violín, escribir un libro.

El objetivo tras la IAF es crear una computadora con el mismo rango de habilidades que los humanos. Para alcanzar la IAF, los expertos creen que las máquinas necesitan obtener conocimiento de forma diferente. Los sistemas de IA suelen aprender analizando masas de datos.

Son buenos a la hora de hacer predicciones, cómo señalar qué células de una radiografía, podrían volverse en cáncer, pero no son capaces de entender por qué las cosas pasan. No tiene nada de sentido común algo que nos cuesta años adquirir.

Los expertos piensan que las computadoras deberían aprender más bien como los niños. Los niños necesitan unos dos años para entender que aunque distintas sillas tengan aspectos diferentes, todas sirven para sentarse. A los 4 años, los niños pueden hacer dibujos basados en su imaginación. A los 7 u 8, entiende la diferencia entre realidad y ficción.

Los niños observan su entorno y aprenden sobre las consecuencias. Los expertos dicen que para obtener la IAF, las computadoras deberían ser entrenadas de forma similar. Habría que enseñarles a hacer cosas que nosotros sabemos hacer, pero que están hoy fuera de su alcance: por ejemplo, imaginar cosas completamente nuevas.

¿Qué pasaría si los científicos crean una computadora tan inteligente como Albert Einstein o Marie Curie? ¿No pasarían entonces a crear una máquina aún más inteligente, tan sofisticada que ya no fuéramos capaces de entenderla? ¿Y cómo aseguramos que estas máquinas “súper inteligentes” no se vuelvan en nuestra contra? Pero tranquilicémonos: falta mucho aún para todo esto. Pero a medida que la humanidad se acerca a la IAF es hora de debatir sobre las reglas necesarias en un mundo donde los humanos convivamos con la IAF.