Londres, Inglaterra.

Los vientos galácticos generados por las explosiones de grandes estrellas podrían explicar los llamados ‘círculos raros de ondas de radio’ (ORC, en inglés) detectados por primera vez en el universo en 2019, indica un estudio publicado este lunes en Nature.

Esta es la conclusión a la que llegó el equipo dirigido por la profesora de Astronomía y Astrofísica de la Universidad de California (Estados Unidos) Alison Coil, dedicado a investigar las galaxias masivas donde se producen esas explosiones.

Tras analizar las características de los círculos gigantes captados inicialmente por el telescopio ASKAP en Australia, los expertos ven probable que sean un efecto de esas grandes galaxias.

Se trataría de unos anillos formados debido a los vientos ultrarrápidos que surgen de las enormes explosiones de las estrellas gigantes, o supernovas, señalan.

Los ORC tienen diámetros del orden del millón de años-luz, tan grandes que pueden contener galaxias enteras en sus centros.

Coil y su equipo llevaban tiempo estudiando las galaxias masivas con estallidos estelares capaces de impulsar vientos extremadamente rápidos, y se les ocurrió que podría haber una conexión con la formación de esos extraños círculos de ondas de radio.

Se pusieron a examinar el ORC4, el primero observable desde el hemisferio norte.

Los investigadores explican que las galaxias masivas tienen una tasa muy alta de formación de estrellas, las cuales, cuando mueren y explotan, expulsan gas al espacio interestelar.

Si un número suficiente de estrellas explota cerca y al mismo tiempo, la fuerza de estas explosiones puede expulsar el gas de la propia galaxia en forma de vientos que son capaces de alcanzar una velocidad de hasta 2.000 kilómetros por segundo, detallan.

El equipo determinó, utilizando datos de imágenes ópticas e infrarrojas, que las estrellas dentro de la galaxia del ORC4 tenían alrededor de 6.000 millones de años.

A partir de esto, Cassandra Lochhaas, del Centro de Astrofísica Harvard & Smithsonian, realizó un conjunto de simulaciones numéricas por computadora para replicar el tamaño y las propiedades del anillo de onda de radio, incluido el gas contenido en su galaxia.

Sus simulaciones mostraron que durante 200 millones de años habían soplado unos vientos galácticos que, al detenerse, provocaron un efecto de choque que continuó impulsando gas a alta temperatura fuera de la galaxia, creando el círculo.

El efecto inverso envió gas más frío de vuelta a la galaxia, revelan los autores.

La simulación se desarrolló a lo largo de 750 millones de años, por lo tanto, dentro de la edad estelar estimada de 1.000 millones de años de ORC4.

Coil explica en el artículo que las galaxias que ellos estudian cumplen con las condiciones para facilitar este fenómeno, lo que les lleva a pensar que «los ORC se originan a partir de algún tipo de viento galáctico que fluye hacia afuera».

El equipo afirma que el estudio de las galaxias masivas y de los círculos raros de ondas de radio puede ser mutuamente beneficioso.

«Los ORC nos brindan una manera de ‘ver’ los vientos a través de datos de radio y espectroscopia», asegura la experta.

«Esto puede ayudarnos a determinar cómo son de comunes estos vientos galácticos extremos y cuál es su ciclo de vida. También pueden ayudarnos a aprender más sobre la evolución de las galaxias», declara