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El proyecto ‘Nuevos avances en robótica: manos blandas, plasticidad y visión 3D’, se propone solucionar tres problemas básicos de la robótica con inspiración biológica. La manipulación adaptable de mano robóticas blandas con rigidez variable, la visión robótica tridimensional y el diseño inspirado en la plasticidad fenotípica.

¿Pero qué es el fenotipo?El concepto de fenotipo está relacionado con el genotipo. El genotipo es lo que tenemos en nuestros genes y el fenotipo es lo que se manifiesta. Por ejemplo, en nuestros genes podemos tener un alelo para el color de los ojos que sea recesivo y no se manifieste en nosotros, pero se puede manifestar en nuestros descendientes. En la naturaleza eso a veces tiene manifestaciones muy extraordinarias. Por ejemplo, los cocodrilos no expresan su sexo a partir del genotipo, sino que el fenotipo que sea macho o hembra depende de la temperatura durante el desarrollo, cuando están en los huevos, en los insectos. Esto es muy llamativo, de manera que una hormiga por su genotipo, por sus genes, no pertenece a una casta u otra, sino que puede ser reina en función de cómo se alimenta. Entonces, nuestra idea es incorporar ese concepto de fenotipo a lo que se llama computación evolutiva, algoritmos de computación evolutiva, de manera que un sistema desarrollado así pueda tener plasticidad fenotípica, es decir, pueda cambiar el fenotipo en función de las condiciones ambientales”, explicó Ángel P. del Pobil, catedrático de inteligencia robótica.

Normalmente las manos o pinzas robóticas suelen ser rígidas, ya que sus componentes son hierros o plásticos y por tanto, cuando tocan determinados objetos los pueden dañar fácilmente.

El objetivo de este proyecto, desarrollado por los investigadores científicos de la Universitat Jaume I es diseñar manos de flexibilidad variable.

“Nosotros lo que estamos haciendo es trabajar con un concepto que es el de ‘mano blandas’, donde recubrimos la parte de los dedos con una sustancia que se puede deformar, que es blanda, silicona. Y además inyectando aire a presión también conseguimos que se haga un poco más rígida. Por eso llamamos rigidez variable, es decir, cuando se producen los primeros contactos es muy blandito y cuando inyectamos aire a presión pues se hace más rígido. Entonces es el objeto, es más manejable. En eso básicamente consiste el desarrollo de manos blandas con rigidez variable”, detalló Antonio Morales, profesor de robótica.

Este tipo de mecanismos se puede aplicar para tomar, mover y recolocar cualquier objeto en una línea de producción, por ejemplo. Ya que su finalidad es manipular todo tipo de elementos sin dañarlos. Pero la capacidad que tienen las manos de flexibilidad variable para adaptar la fuerza de agarre a la textura del objeto las hacen especialmente útiles para un campo en concreto.

“Está para tomar cosas más, más blandas y tal y delicadas como podrían ser frutas, verduras, aquí se da mucho en el tema de la naranja. Ahora que se está empezando a cultivar más los caquis, el caqui es muy blando enseguida empieza a estar maduro y lo coge y lo rompe. Entonces una de este estilo no daña las frutas”, subrayó Daniel Cardín, investigador.

Las manos de flexibilidad variable están abriendo la puerta al uso de robots para tareas que requieren una sensibilidad plástica propia de los seres humanos, desde la recolección frutícola a intervenciones quirúrgicas. Estos nuevos avances en robótica blanda pueden suponer un salto cualitativo en esta área de conocimiento científico.

Por: UJ1.