Washington, Estados Unidos
Un cohete New Shepard de Blue Origin despegó este martes de Texas, un éxito que marca el regreso al espacio de la empresa fundada por el millonario estadounidense Jeff Bezos más de un año después de un accidente.
Diez minutos después del despegue, la cápsula de la misión no tripulada NS-24, que contenía material científico, aterrizó en el desierto, según una transmisión en directo.
Esta vuelta al espacio era necesaria para que la compañía pueda reanudar los viajes de turismo espacial que ya han permitido a 31 personas pasar unos minutos más allá del límite de la atmósfera terrestre.
El cohete despegó con éxito del oeste de Texas a las 16H43 GMT. Y su motor principal, reutilizable, se posó sin problemas menos de 8 minutos después en las áridas llanuras del sur de Estados Unidos.
El despegue, inicialmente previsto el lunes, fue aplazado «debido a un problema con los sistemas terrestres», afirmó Blue Origin en la red social X.
Accidente 2022
La misión no lleva tripulantes a bordo, sino experimentos científicos, más de la mitad de los cuales fueron desarrollados con el apoyo de la NASA.
La cápsula que contenía este equipo aterrizó en el desierto con la ayuda de paracaídas, 10 minutos después del despegue y tras haber cruzado el límite del espacio, volando durante unos instantes a hasta 107 kilómetros por encima de la Tierra.
El accidente ocurrido en septiembre de 2022 provocó la caída del módulo de propulsión del cohete, que en ese momento tampoco transportaba a pasajeros.
El regulador de aviación estadounidense (FAA) abrió una investigación, la cual concluyó en septiembre que el accidente fue causado por «una temperatura más alta de lo esperado en una boquilla del motor».
Para poder reanudar los vuelos, la FAA pidió a la compañía que introdujera cambios. Por ejemplo, que modificara el diseño de determinados componentes del motor.
El regulador confirmó a la AFP que había aprobado la licencia de vuelo modificada presentada por Blue Origin.
Nuevos horizontes
En total la compañía ha realizado seis vuelos con tripulación (algunos pasajeros eran clientes que pagaban y otros volaron como invitados) desde julio de 2021, cuando el propio Bezos participó en el primero de ellos.
Durante el tiempo en el que Blue Origin permaneció en tierra, su rival, Virgin Galactic, fundada por el millonario británico Richard Branson, ha seguido adelante, con cinco vuelos comerciales este año.
Las dos empresas compiten en el emergente sector del turismo espacial, operando en el espacio suborbital.
Blue Origin lanza un pequeño cohete verticalmente. En tanto, Virgin Galactic utiliza un gran avión para ganar altitud que lleva ensamblada una nave más pequeña propulsada por un cohete que completa el viaje al espacio.
En ambos casos los pasajeros disfrutan de unos minutos de ingravidez y pueden contemplar la Tierra a través de grandes ventanales.
Los boletos de Virgin Galactic se vendieron por entre 200.000 y 450.000 dólares. Blue Origin no divulga los precios.
La empresa de Bezos puede presumir de que casi toda su plataforma de cohetes se reutiliza, incluidos el propulsor, la cápsula, el motor, el tren de aterrizaje y los paracaídas.
Su motor funciona con oxígeno líquido e hidrógeno, lo que significa que el único subproducto durante el vuelo es vapor de agua, sin emisiones de carbono.
Blue Origin también está desarrollando un cohete pesado con fines comerciales llamado New Glenn, cuyo vuelo inaugural está previsto para el año que viene.
Este cohete, que mide 98 metros de altura, está diseñado para transportar cargas de hasta 45 toneladas métricas a la órbita terrestre baja.
Por Issam Ahmed
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