España.

Rosa lleva toda la vida haciendo bolillos. Empezó con seis años y aún con problemas de vista a sus 91 sigue siendo una bolillera activa en acero. “Yo empecé por necesidad, porque entonces no había otros trabajos y las madres te decían tenéis que ganar para que gastéis hasta para los vestidos de la comunión gasté yo ya haciendo un encaje y lo gané”, dijo Rosa. Como la suya, muchas familias vieron en esta labor ancestral una forma de sustento.

Durante siglos los encajes de acebanos han gozado de tal fama que cuentan incluso con su propia escuela estilística.

“El guipur que son estas hojas, que es más típico de Almagro y de otras tierras. Pero lo típico de aquí siempre es el torchon. El torchón es el punto que es más sencillo de hacer”, destacó una de las fabricantes.

Hasta 150 mujeres procedentes de toda España han participado en el «6.º Encuentro de Encajeras de Acebo«. Nerea se introdujo en esta actividad hace nueve años y hoy ha venido a la Sierra de Gata desde Ciudad Rodrigo con sus compañeras de clase.

“Nosotras es que nos movemos sobre todo a los encuentros que más cerca nos caen y este pues nos cae a menos de una hora”, relató Nerea.

Y aunque cabría pensar que el encaje de bolillos es un trabajo de chinos, nada más lejos de la realidad… Es una labor con marcado sabor extremeño.

Por: Extremadura.