Colombia.

Una bodega abandonada sirve de escenario para la música electrónica en Bogotá. Muchos de los asistentes consumirán sustancias psicoactivas, por eso el lugar pidió el acompañamiento de los voluntarios de Échele Cabeza para que hagan pruebas a las sustancias.

“El M, mis queridos amigos, no es MDMA. ¿Ya lo habían consumido?, ¿qué pasó?, ¿qué sintieron?”, preguntó la voluntaria.

“Me ardió la lengua. Horrible”, respondieron los asistentes.

“A este efecto se le llama catinona y se le conoce en el bajo mundo como las sales de baño. Corriste con suerte, las catinonas son las chicas malas, tienen muchas muertes asociadas. Es un grupo de nuevas sustancias psicoactivas de las cuales no se conoce suficiente”, explicó la voluntaria.

Los testers toman un pequeño fragmento de la sustancia y  la exponen a una serie de químicos que reaccionan ante la presencia de compuestos o grupos químicos.

“Estamos en un mercado ilegal, estás adquiriendo una sustancia que desconoces cuál va a ser la composición. Si ven nuestros análisis son de tipo preliminar, es decir, te podemos decir si hay presencia o ausencia. También la asesoría va muy enfocada a la reducción de riesgos en cuanto a cómo lo vas a hacer, cuáles son las dosis ideales que puedes consumir. Estamos en un espacio cerrado y también debes tener las precauciones ideales y demás”, dijo uno de los testers.

Los voluntarios aprendieron a hacer estas pruebas en capacitaciones donde intercambian experiencias con otros colectivos de otros países, donde se está cambiando la referencia frente al consumo de sustancias.

“Yo creo que cualquier persona que trabaja en reducción de riesgos, daños o gestión del placer, sabe del trabajo inmenso que viene haciendo Échele Cabeza en la región y yo creo que no solo en la región, viene siendo un referente en el mundo del trabajo que se viene haciendo”, dijo otra tester.

Opiniones divididas

Hay colectivos que consideran que el enfoque de Échele Cabeza es equivocado porque los usuarios muchas veces no conocen las consecuencias que les puede traer el consumo de sustancias.

“La rehabilitación es tan costosa y tan complicada por eso los porcentajes de recaída son altos porque tú te generas una alteración a nivel neuronal cuando consumes una sustancia psicoactiva no es solamente el hecho de “ay si, es que te estás afectando la memoria”, es que atraes problemas físicos y mentales, es que cambias tu personalidad y además, cuando tú consumes sustancias, no sabes tomar decisiones”, explicó una experta.

Desmitificar el consumo de drogas sin promoverlo

Échele Cabeza busca que, sí hay consumo, sea más seguro y ha recibido una casa que antes pertenecía a la mafia. Les servirá de sede para que puedan ampliar su capacidad de atención y control.

“Es un mensaje para la sociedad y para otras organizaciones porque lo que hacían antes con estos bienes era que los vendían y con ese dinero se lo daban a la policía y al ejército para que siguiera haciendo la guerra contra los narcos, para que comprara balas, helicópteros, gasolina y cuando no es que se lo robaban y se lo han robaba durante mucho tiempo. Entonces yo creo que el mensaje es muy interesante porque es cómo ahora los bienes del narcotráfico, en un contexto y legalidad deben resarcir los daños que le produjeron a la sociedad”, dijo Julián.

Julián considera, que después de 15 años de trabajo, la iniciativa va más allá de la prevención de riesgos asociados al consumo de sustancias psicoactivas.

“Un camino que terminó convirtiéndose en una postura política y casi en una reivindicación de derechos. Entonces creo que ese es el gran aporte que le ha hecho Colombia y que le ha hecho Échele Cabeza al discurso de la reducción de riesgos y daños en América Latina. Y es que transitó de ser solamente una información para el cuidado de la salud, a convertirse en un movimiento social por los derechos de las personas usuarias”, agregó.

Así organizaciones como Échele Cabeza plantean un cambio en el discurso, regular el mercado, reducir los riesgos y entender el beneficio de desmitificar el consumo de drogas sin promoverlo.