Argentina.

Este es el herbicida de la discordia: el glifosato. Walter lo usa en sus tierras en la provincia argentina de Misiones, pero tendrá que dejarlo. Misiones ha aprobado que se prohíba a partir de 2025. Los empleados esparcen glifosato, o como aquí, otros herbicidas contra malezas en forestaciones de eucaliptos, pinos y araucarias en las facturas donde comen sus vacas o en los cultivos de maíz y soja.

“Entendemos que tenemos que cuidar a la población en no exponerla sobre todo en los cauces de ríos y arroyos cercanos a los pueblos, pero cómo vamos a mantener cultivos que mantengan los niveles de producción que necesitamos para poder dar de comer a todo lo que vivimos en esta nación y en otras, si le vamos a quitar la productividad al suelo”, dijo Walter.

Walter sostiene que sin glifosato debería sextuplicar su personal para arrancar las malezas y eso triplicaría sus costos.

Miguel Ruiz Díaz cosecha batatas, mandiocas y yerba mate producida sin agroquímicos en la Cooperativa Productores Independientes de Puerto Piray, Misiones. Antes, fue 17 años peón de una empresa forestal y como tal, fumigaba con glifosato. Celebra que se prohíba porque dañó su salud y la de sus excompañeros de trabajo.

“Y yo lo que siento más ahora casi que la mayoría iba a mi vista. Yo preparaba y todo se iba a mi vista, todo el vapor y también a los pulmones”, contó Miguel.

Otra de las productoras independientes de Puerto Piray, Miriam Zamudio, recordó que antes de conseguir sus tierras vivían rodeados de deforestaciones fumigadas y entonces los niños tenían enfermedades respiratorias y los animales silvestres huían, por eso apuesta a la agroecología. Niega que sea menos productiva y cita el ejemplo del cultivo de mandioca.

“Todo el mundo dice que en una hectárea sacan 16 mil o 17 mil kilos, pero nosotros en una hectárea siempre sacamos 20 mil o 22 mil kilos. Tratamos de hacer esos preparados: los bioinsumos y tratamos de hacer el manejo de que conviva también entre las malezas y los animalitos que sí o sí hay”, detalló Zamudio.

Pero Ricardo Ranger y otros agricultores de Misiones recurrieron a la justicia contra la ley provincial que prohíbe el glifosato. “La ley es ilegal, el glifosato está permitido a nivel nacional. A nosotros nos causa un gran perjuicio porque se nos viene la noche porque nosotros no sabemos con qué vamos a poder limpiar porque el glifosato acá como lo hicieron no tiene reemplazante”, expresó.

Samuel Duchale integra otra cooperativa agroecológica en Wanda, Misiones está a favor de prohibir el glifosato, pero no de la manera en que se hizo. “Prueben solo el glifosato y no aprueben los otros agroquímicos que son peores que el glifosato. La forma correcta es fomentar la agroecología sin el glifosato para luego después prohibir el glifosato y todos los agroquímicos que perjudican”, dijo Samuel Duchale.

Hernán Sosa, profesor de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Misiones, opina que debería darse más plazo para reemplazar el glifosato. “Están apareciendo algunas alternativas nuevas que todavía se están probando, pero que todavía no tienen digamos el resultado eficaz que tiene este producto. Hay productos que son de un nivel toxicológico mayor”, explicó Hernán Sosa.

Después de la patagónica Chubut, Misiones es la segunda provincia que prohíbe el glifosato en Argentina, un país que tiene registrados más de 400 principios activos para agroquímicos.