Europa.

La capa de hielo de la Antártida Occidental seguirá aumentando su ritmo de deshielo en lo que queda de siglo, por mucho que reduzcamos el uso de combustibles fósiles, según una investigación del British Antarctic Survey (BAS), publicada esta semana en la revista Nature Climate Change.

Es probable que ahora no pueda evitarse una aceleración sustancial del deshielo, lo que implica que la contribución de la Antártida a la subida del nivel del mar podría aumentar rápidamente en las próximas décadas, según los resultados del estudio que llevó adelante un equipo liderado por Kaitlin Naughten.

Las plataformas de hielo desempeñan un papel importante en el apuntalamiento o ralentización del flujo de los glaciares hacia el mar. La capa de hielo de la Antártida Occidental es la que más contribuye al aumento del nivel del mar. La pérdida de hielo se debe a las interacciones con el Océano Austral, especialmente en el Mar de Amundsen.

Los científicos realizaron simulaciones en el superordenador nacional del Reino Unido para estudiar el deshielo de la capa de hielo de la Antártida Occidental provocado por esas interacciones con el océano. Querían estimar cuánto es inevitable (y hay que adaptarse a él) y cuánto deshielo puede evitarse aún con el control la comunidad internacional mediante la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Teniendo en cuenta la variabilidad climática que se da cuando ocurren fenómenos como el de ‘El Niño’, en esos cálculos no encontraron diferencias significativas entre los escenarios de emisiones de rango medio y los objetivos más ambiciosos del Acuerdo de París de 2015. Porque, incluso en el mejor de los casos, con un aumento de la temperatura global de 1,5 °C, el deshielo aumentará tres veces más rápido que durante el siglo XX.

Por modelos anteriores, se estimaba que este derretimiento en la región occidental del gran continente helado podría deberse al calentamiento del Océano Antártico. En conjunto, la capa de hielo de la Antártida Occidental contiene hielo suficiente para elevar el nivel medio del mar hasta cinco metros.

Una advertencia para las zonas costeras

En todo el mundo, millones de personas viven cerca de la costa y estas comunidades se verán muy afectadas por la subida del nivel del mar, advierten los científicos. Una mejor comprensión de los cambios futuros permitirá a los responsables políticos planificar con antelación y adaptarse más fácilmente.

Kaitlin Naughten, autora principal del estudio e investigadora del British Antarctic Survey lo expone de esta manera: «Parece que hemos perdido el control del derretimiento de la capa de hielo de la Antártida Occidental. Si quisiéramos conservarlo en su estado histórico, tendríamos que haber actuado contra el cambio climático hace décadas. El lado positivo es que, al reconocer esta situación con antelación, el mundo tendrá más tiempo para adaptarse a la subida del nivel del mar que se avecina. Si hay que abandonar o remodelar sustancialmente una región costera, contar con 50 años de antelación va a marcar la diferencia».

El equipo simuló cuatro escenarios futuros del siglo XXI, más una proyección histórica del siglo XX. Los escenarios futuros estabilizaban el aumento de la temperatura global en los objetivos fijados por el Acuerdo de París, entre 1,5 ºC y 2 ºC, o seguían trayectorias estándar de emisiones de carbono medias y altas.

Todas las simulaciones dieron lugar a un calentamiento significativo y generalizado del Mar de Amundsen y a un mayor deshielo de sus capas. Los tres escenarios de menor alcance siguieron evoluciones casi idénticas a lo largo del siglo XXI. Incluso en el mejor de los casos, el calentamiento del mar de Amundsen se aceleró el triple y se produjo el deshielo de las plataformas congeladas flotantes que estabilizan los glaciares interiores, aunque esta curva empezó a aplanarse a finales de siglo.

En el peor de los casos, las plataformas de hielo se derritieron más que en los demás, pero solo después de 2045. Los autores advierten que se considera improbable que se produzca este escenario de alto consumo de combustibles fósiles, en el que las emisiones aumentan con esa rapidez.

Naughten recomienda, finalmente, no dejar de trabajar para reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles: «Lo que hagamos ahora contribuirá a ralentizar el ritmo de subida del nivel del mar a largo plazo. Cuanto más despacio cambie el nivel del mar, más fácil será para los gobiernos y la sociedad adaptarse a él, aunque no se pueda detener».