Colombia.
Combinando la expresión del cuerpo con la cámara, se vivió un taller de ritmos afro donde los más chicos y los más viejos experimentaron cómo comunicarnos sólo con las palabras, sino con el movimiento.
“Siento que es importante fortalecer el arte como una herramienta más de la comunicación, más que lo que se nos enseña de emisor, receptor, mensaje, sino que el arte sirva para potenciar la emocionalidad, reconocer qué es lo que estoy sintiendo, cómo lo expresó a través del arte y cómo el arte me sirve para ponerlo en diálogo con mi familia y posteriormente con mi comunidad”, destacó Jhans Espitia, tallerista.
Con la familia como punto central y el baile como forma de conexión entre personas. Se creó un espacio de convivencia donde las relaciones se volverían más fuertes.
“La familia es un núcleo importante del proceso comunicativo. Nosotros tenemos una escuela de formación artística que nace a partir de un proceso comunitario y son las familias las que rodean este tipo de procesos comunitarios”, dijo Espitia.
El lenguaje audiovisual va más allá de una simple proyección tecnológica. Involucra una puesta en escena y una fluidez de movimientos capaces de transmitir sensaciones inigualables y crear historias inimaginables.
“La danza creo que es una recopilación de experiencias y sentimientos, entonces es permitirse un poco vivir las emociones, vivirlas, porque generalmente o muchas veces las omitimos, las pasamos por alto y es necesario vivirlas para luego interiorizar la situación y decir okey, a partir de aquí puedo crear, concluyó Natalia Sánchez, tallerista.
Por: Directo Bogotá.
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