San Juan, Puerto Rico.
Más de 21 voces femeninas del género musical de la bomba, el repique de los barriles y las maracas se unieron este sábado para ensalzar la figura de la mujer en la cultura de Puerto Rico durante el tercer encuentro de cantaoras en el Parque Histórico Cueva María De la Cruz, en Loíza, en el norte de la isla caribeña.
Hace tres años, Maribella Burgos Pizarro, de 58 años, decidió «hacer un evento donde se honre esa voz tan importante que es la voz de la mujer en la bomba puertorriqueña», explicó a EFE desde su pueblo natal de Loíza, considerado como una de las cunas de este ritmo reivindicativo, que nació entre los esclavos de Puerto Rico.
El género puertorriqueño de la bomba surgió del sincretismo de la cultura taína, africana y española y tiene más de 21 ritmos, entre ellos los más conocidos son sicá, seis corrido, holandé, cuembé y yubá.
«Se decidió crear este evento porque el primer ente del género de la bomba es la cantaora, es quien hace el llamado, es quien originalmente hacía los toques de bomba, en la antigüedad los hombres tocaban y las mujeres se dedicaban entonces a cantar», precisó Burgos Pizarro que desde los 4 años es bailadora de bomba y ahora instructora de este baile tradicional.
«Llegaron las cantaoras a la Cueva María de la Cruz y con ellas sus maracas y sus voces llenas de luz», cantaron desde el escenario un grupo de niñas de la escuela loiceña «Medianía Alta Elemental» para dar comienzo al espectáculo, versos del tema «Llegaron las cantaoras», compuesto por la vocalista Yazmín «Luna» Vicente.
Esta tercera edición se dedicó a la cantaora Marta Zoe Cirino y se homenajeó a título póstumo a tres ilustres cantaoras: Isabel Albizu, Petra Cepeda y Ana Rodríguez, voces de mujeres que forman parte de la historia de la bomba puertorriqueña.
«Estamos para homenajear esto y rescatar nuestras voces, que estamos por ahí cantando en los bateys (área de baile de bomba), llevando la voz de las que no pudieron ser evidenciadas», resaltó Nitzie Sánchez, cantaora oriunda de Guayama, en el sur de Puerto Rico.
Por su parte, Jessica Ruiz antes de subir a la tarima indicó que le «parece fantástico que se resalte a todas las voces que cantan este género, porque es importante que se siga preservando la cultura de Puerto Rico» y para ella es necesario preservar y difundir este tipo de música.
A sus 58 años, María de Lourdes Caro lleva cantando bomba desde hace cuatro años cuando quiso involucrarse más en la cultura de la isla que la vio nacer tras haber vivido en Estados Unidos.
«Esto para mí es enriquecerme totalmente de mi cultura, este es mi segundo año consecutivo y me siento alagada», subrayó Caro, que enseña este género musical a la diáspora de puertorriqueños que residen en Estados Unidos.
Para Rashelle Amanda Burnes, cantaora y bailaora de bomba en el barrio sanjuanero de La Perla desde hace tres años, este encuentro «es importante para resaltar la voz femenina» y subrayó la relevancia de que los más jóvenes se interesen por conocer el género porque «da continuidad a la raíz, si cortas la raíz el árbol se muere».
El género musical de la bomba está compuesto por los ritmos básicos que toca el barril buleador o seguidor, junto con el sonido del instrumento cuá (golpeo de la madera del tambor con palos) y la maraca, y la improvisación del barril primo que emite los sonidos que le marca el bailador con sus movimientos conocidos como piquetes.
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