República Democrática del Congo 

Las autoridades sanitarias de la República Democrática del Congo (RDC) expandirán los ensayos con tratamientos experimentales de lucha contra el ébola, un virus cuyo último brote en el país suma ya 228 muertes, informaron hoy fuentes oficiales.

En concreto, el comité ético de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Kinshasa ha dado el visto bueno a la puesta en marcha de un protocolo de ensayos clínicos aleatorios con cuatro moléculas: mAb 114, ZMapp, Remdesivir y Regeneron.

Su recomendación para el Gobierno se basa en la «practicabilidad, la inocuidad y la eficacia de estos tratamientos experimentales», que ya se utilizaban para combatir el brote desatado en las provincias de Kivu del Norte e Ituri (noreste) hace casi cuatro meses.

Dado que no están homologados, su aplicación hasta ahora respondía a «protocolos de utilización controlada en una situación de urgencia».

La opinión de la Escuela de Salud Pública permitirá al Gobierno aplicarlos «a mayor escala para salvar más vidas«, señaló hoy el Ministerio de Salud congolés en un comunicado.

Los cuatro tratamientos se distribuirán, siempre con consentimiento previo del paciente o de su familia, de forma aleatoria -no a elección de cada centro de tratamiento concreto- para evitar subjetividades en los ensayos.

El Gobierno congoleño señala que los datos recolectados en esta epidemia «probablemente no serán suficientes» para tener un estudio completo sobre la eficacia e inocuidad de estas moléculas.

No obstante, los protocolos podrían aplicarse en otros brotes y países durante los próximos cinco años.

El virus del ébola se transmite a través del contacto directo con sangre y fluidos corporales contaminados y es más virulento cuanto más avanzado está el proceso, hasta alcanzar una tasa de mortalidad del 90 %.

El brote actual en la RDC, declarado el 1 de agosto en las provincias de Kivu del Norte e Ituri, se ha convertido en el mayor de la historia del país en relación al número de contagios, en parte por el rechazo de algunas comunidades a recibir tratamiento y la inseguridad en la zona, donde operan grupos armados.

En total, según el último informe de situación actualizado con datos hasta el 23 de noviembre, se han registrado 399 casos probables (352 positivos de laboratorio y 47 recogidos como imposibles de probar por distintos motivos), 228 fallecidos.

La peor epidemia de esta enfermedad conocida en el mundo se declaró en marzo de 2014, con primeros casos que se remontan a diciembre de 2013 en Guinea Conakry, desde donde se expandió intensamente a Sierra Leona y Liberia.

La OMS dio por finalizada la epidemia en enero de 2016, después de registrarse 11.300 muertes y más de 28.500 casos, aunque la agencia de la ONU admitió que las cifras reales pueden ser más altas.

por: EFE