Guadalajara, Jalisco.

«Biodiverisidad en riesgo: el efecto de los monocultivos«, este fue el tema abordado en #DiálogosNCC. En este panel participó la ecóloga política, Beatriz Rodríguez-Labajos, el doctor en ciencias, Fernando Escobar-Ibáñez y el periodista socioambiental y moderador, Agustín del Castillo.

Ante la expansión de los monocultivos y la sobreproducción de ciertos alimentos, los expertos reflexionaron sobre los efectos que conllevan este tipo de cultivos a la biodiversidad nativa y a las comunidades, así como de las consecuencias climáticas y la urgencia de normativas que regulen esta actividad.

Los monocultivos en la biodiversidad, el medio ambiente y las comunidades rurales

Para una comprensión general sobre el tema, los participantes explicaron cuáles son las problemáticas que arrastran los monocultivos y por qué se producen alimentos a través de este sistema de cultivo.

Escobar-Ibáñez explicó que entre las cuestiones asociadas se encuentra la sustitución de los usos del suelo, lo que se traduce en la pérdida de hábitat de muchas especies. Asimismo, explicó que el sistema actual de monocultivos, conlleva un manejo agrícola intensivo, con un uso indiscriminado de agroquímicos. “Hay contaminación de cuerpos de agua que son arrastrados hasta el mar y afectan a las diferentes formas de vida que habitan ahí”, resaltó.

En términos de biodiversidad, Escobar-Ibáñez comentó que “las poblaciones de aves han caído en un 30%, los polinizadores han caído”, y advirtió que “esta crisis irá avanzando mientras no nos cuestionemos y replanteemos nuestra forma de convivencia con la naturaleza”.

Por su parte, Beatríz explicó que los datos ecológicos son alarmantes, pues los impactos no solo se dan en el medio natural, sino también para las personas que viven ahí y que ahora ven distinta su interacción con la naturaleza.

“Los cultivos que antes tenían, han cambiado. Ahora se reemplazan por un cultivo industrial que vemos expandirse. Las poblaciones vulnerables dejan estos lugares para moverse a otros, pues hay violencia para las personas que se resisten a los monocultivos”, comentó Rodríguez-Labajos.

Los expertos mencionaron que en el pasado, la relación con la naturaleza era más respetuosa, algo que se ha perdido actualmente. “Antes había una preocupación, los mismos campesinos terminan entrando en círculos muy viciados, rentan sus tierras, ya no son dueños de sus tierras y terminan afectados por la industria”, agregó Beatriz.

Agustín apuntó que el Estado debería involucrarse regulando la actividad al delimitar barreras. “En Jalisco, los monocultivos de agave y aguacate se han expandido a selvas y bosques, en donde entra una lucha entre los grandes capitales con las comunidades campesinas”.

En esta misma línea, Beatríz mencionó que es importante saber cómo intervenir en cada uno de estos espacios e intentar comprender el impacto de la situación porque “quienes se perjudicarán a la larga seremos nosotros. Pues ahora lo vemos representado con olas de calor y cambios climáticos extremos”.

“Mientras una ballena o un árbol tenga más valor muerto o talado que vivo, ahí estamos mal”

Agustín aseveró que no se ve internalizado el valor de los servicios ambientales de la biodiversidad y la naturaleza. “El hecho de que se están destruyendo bosques fronterizos por monocultivos quiere decir que no estamos entendiendo el valor de la naturaleza”.

Escobar-Ibáñez expresó que en muchas ocasiones las industrias y los agricultores anteponen el valor económico antes que el de los servicios ambientales. “El valor de la polinización está valorado en 150 mil millones de euros, ¿cuánto nos costaría hacerlo sin los polinizadores? Es una auto-zancadilla, al final de cuentas es más difícil gestionarlo”.

De igual manera, explicó que es un reto llegar a la población porque hay empresas muy poderosas, pues “mientras una ballena o un árbol tenga más valor muerto que vivo, ahí estamos mal”. Pero comentó que a la par existen muchos casos de éxito con proyectos de investigación en marcha. Una de ellas es la zona de Techula, que es conocida por la producción de pitayas.

“En un estudio sobre polinizadores, se dieron cuenta de que las flores polinizadas por murciélagos daban frutos más jugosos y más carnosos, lo que al final busca el productor, pero antes del hallazgo los productores pensaban en tapar las cuevas donde había murciélagos debido al estigma que existe sobre ellos”, agregó Escobar-Ibáñez.

¿Cómo se impulsó el modelo de monocultivos para generar alimentos? 

Rodríguez-Labajos comentó que la idea del monocultivo no es nueva, “es el primer mecanismo de colonización. No dudo que en algunos casos, los monocultivos han podido subsanar necesidades, pero a la larga hemos entendido que tienen costos ambientales. Hay que ver también de qué monocultivos hablamos, no se trata de cultivos básicos, si no de, por ejemplo, cultivos para aceite de palma. Hay que revisar realmente cuáles son los cultivos que están alimentando a la gente”.

En México, del Castillo apuntó que se pone en riesgo la producción de granos que alimentan a la sociedad (como el maíz), por producir agave o aguacate ya que estos generan una mayor ganancia económica. “En ello es donde debería de entrar el papel del Estado como regulador”.

Por otro lado, Escobar-Ibáñez comentó que “alrededor del 30% de los alimentos que se producen, se desperdician. La regulación y la planeación es clave en este tema, desde la planeación urbana, muchas veces se construye en suelos muy ricos para alimentos y se utilizan para zonas urbanas. La ganadería también es un problemón”.

Fernando resaltó que existen estudios que intentan mitigar los efectos de los agroquímicos en el suelo que no permiten cumplir las tareas de los organismos que viven en las zonas y que ayudan a regenerar las tierras y el ecosistema. “Es por eso que la planeación tiene que venir de muchísimos lados y abordarse de manera multidisciplinaria para poder avanzar hacia la sustentabilidad”.

¿Qué debemos entender sobre los monocultivos? 

Los monocultivos tienen beneficios en la producción de alimentos  que cubren las necesidades de una población, pero ese tipo de sistemas requieren de un compromiso con el medioambiente, la biodiversidad y los ecosistemas.

“Hay que entender la diversidad de los agricultores: las estrategias de monocultivos benefician a unos pero no a todos y mucha experiencia demuestra que no hay una solución que lo resuelva todo, pero que hay una gran diversidad de circunstancias y que podemos avanzar con esa diversidad en soluciones”, expresó Rodríguez-Labajos.

Por su parte, Escobar-Ibáñez invitó a que se elijan tomadores de decisiones que opten por discursos medioambientales y que se comprometan con ello. “Dependemos de la biodiversidad. Hay que ser más eficientes en el uso del agua, hay otras formas de hacer ganadería. En México, la principal causa de deforestación es la agricultura. Hay que avanzar hacia elegir a nuestros gobernantes con un discurso ambientalista, poner el tema sobre la mesa, avanzar hacia tomadores de decisión políticos que de verdad estén interesados en este tema”, concluyó.

Por: Denisse Godínez / NCC Iberoamérica.