Líbano.

Desde la primera hora del día, Sara empieza a recolectar las rosas que crecen en su aldea en el este del Líbano. La rosa de Damasco, que lleva el nombre de la capital siria, situada al otro lado de las montañas, es la flor más utilizada para producir agua de rosas, un aceite esencial utilizado en la repostería y productos cosméticos.

“La rosa tiene muchos usos. Tiene usos médicos y la usamos en la comida. La destilamos. Van a ver cómo la destilamos para hacer agua de rosas, la secamos para hacer té y también hacemos mermelada. Aparte de cremas y sopas, también es muy usada en cosméticos y medicinas”, dijo Zahraa Sayed, productora de agua de rosa.

Este año, los propietarios del campo participan ellos mismos en la recolección de las rosas. La grave crisis económica que enfrenta al Líbano les hizo imposible contratar trabajadores para la faena.

“Es bueno porque puedes hacer agua de rosas y trabajas desde temprano en la mañana. Pero lo que no es bueno son los precios. No son nada buenos. Ya no podemos pagarle a los trabajadores. Si quieres ayuda a usar fertilizantes, no tendrás ganancias, especialmente en estos días difíciles”, destacó Lella al-Dirani.

Después de la cosecha, sigue el proceso de destilación. Con un kilo de flores se puede producir hasta medio litro de agua de rosas. Sara utiliza un antiguo alambique para obtener el líquido calentando las rosas y posteriormente condensando el vapor por enfriamiento.

“El alambique hierve desde aquí abajo. El vapor sube y llega a la sección fría aquí. Lo que sale es 100% agua natural de rosas”, relató una creadora del agua de rosa.

El agua de rosas también se utiliza en Medio Oriente en la pastelería o como bebida refrescante. La producción de agua de rosas es parte de nuestra herencia.

Esto que sigo usando le perteneció a mi abuelo. Crecimos produciendo agua de rosas y seguimos haciéndola. En cada casa de Navarra hay un alambique, aunque sea uno pequeño, para hacer agua de rosas y beneficiarse de ella.