México.

El Planetarium nace de una necesidad de darle un segundo uso a la flor de cempasúchil.

“La verdad es que intentamos juntar un poquito nuestras carreras y nació este insecticida que fue el uso que le encontramos a la flor de cempasúchil”, dijo Alejandra Gaytan.

Utilizan, más o menos, kilo y medio de flor seca para hacer como ocho atomizadores. El concentrado se utiliza para diez litros. Las emprendedoras relataron que necesitan más flores.

“Una flor seca va a pesar mucho menos de un gramo, por lo cual necesitamos muchísimas flores para hacer por lo menos diez botellas de insecticida”, contó Gaytan.

Los beneficios que tiene el insecticida es que es amigable con el medio ambiente y puede ser utilizado tanto en jardín si se tienen mascotas domésticas o también se puede utilizar en campos de cultivo.

“Ya ha habido varios productores que se han acercado para usar este tipo de insecticida como una alternativa al uso de agroquímicos. Nuestra meta es juntar mayor cantidad de flores e invitar a la población a que se una a este proyecto. También nuestra intención es buscar en alguna otra planta que también se desecha, como la nochebuena, que estamos en proceso de investigar qué otro uso se le puede dar después de utilizarla como adorno en casas y que muchas veces después la tiran”, explicó Ana Álvarez.

Las investigadoras están muy orgullosas de lo que se ha logrado y de que las personas estén muy abiertas a esta parte de la donación y de interesarse por qué más se pueda hacer para apoyar con el reciclaje.

Por: UAEM