México.

En la incesante lucha contra el cáncer un grupo de investigadores revelaron un punto débil en el proceso de formación de tumores malignos. Descubrieron que existe un tipo particular de inflamación crónica asociada con el desarrollo de la mayoría de las formas de esta enfermedad. 

Al combatir esta inflamación en pruebas con animales, los científicos lograron reducir notablemente la aparición de tumores malignos, así como impedir el crecimiento y propagación de los ya existentes. Cuando comienzan a formarse tumores cancerosos, el cuerpo detecta el peligro y activa el sistema inmunológico para enfrentarlos enviando tropas de leucocitos o células mieloides. Esto que a primera vista parece muy útil, lamentablemente deriva en el agravamiento del paciente.

Los investigadores corroboraron un hecho ya detectado, pero desconcertante. Conforme se aproximan para combatir las células malignas, las mieloides, que son células jóvenes producidas en la médula ósea, son atraídas por las células cancerosas y terminan alimentándolas, lo que provoca la inflamación característica y una aceleración en el crecimiento y desarrollo de los tumores.

Los investigadores buscaron la causa de este fenómeno y descubrieron que las mieloides contienen una enzima llamada PL-3-quinasa-gamma que actúa como un imán y llave de entrada al interior de las células malignas.

Tras bloquear la actividad de esta enzima, constataron que tanto la inflamación como la formación y propagación de tumores disminuían de manera notable. Estos resultados nos colocan en una nueva generación de fármacos anticancerígenos cuya tarea sería básicamente antiinflamatoria.

Por: DGDC.