Unión Europea.

Una de las próximas batallas políticas entre los gobiernos de la Unión Europea tendrá lugar en el supermercado. La Comisión Europea elegirá en unos meses una etiqueta alimentaria informativa para aplicar en toda la UE.

Una de las opciones que Bruselas está considerando es la conocida como Nutriscore, que ya se utiliza en siete países, entre ellos varios supermercados de España, y también en Bélgica, donde los ciudadanos creen que es una información a considerar.

 En el Nutriscore un gráfico de cinco colores indica la calidad nutricional de un producto, partiendo de la cantidad fija de 100 gramos o mililitros.

Las proteínas, la fibra, la fruta y las verduras aumentan la puntuación, mientras que otros elementos como el azúcar, la grasa y la sal la reducen, con lo que el resultado final oscila entre una A verde y una E roja.

A muchos no les gusta: para el Gobierno italiano y Asociación de Agricultores Italianos, el Nutriscore da indicaciones «engañosas«, que penalizan a alimentos como el jamón o los quesos.

«Desgraciadamente, hay muchos ejemplos que muestran cómo el Nutri-Score puede inducir a error al consumidor», lamentó el eurodiputado del Partido Popular Europeo, Herbert Dorfmann.

De hecho, para el político, una de las diferencias más importantes es que la etiqueta no cambia su puntuación según la cantidad recomendada de consumo. «Hay una gran diferencia si como 50 gramos de speck o si como 500 gramos, y el Nutri-Score no lo tiene en absoluto en cuenta», ha asegurado Dorfmann.

El Nutri-Score no muestra si los alimentos están muy procesados o no ni los aditivos presentes, sino únicamente su equilibrio nutricional. Por eso, los alimentos sanos, pero grasos, como el aceite de oliva y la mantequilla, suelen tener valoraciones más bajas que los alimentos ultraprocesados.

Para sus defensores, sin embargo, el Nutriscore tiene más pros que contras. Sobre todo, si se utiliza para comparar alimentos similares entre sí, explica Pauline Constant de la Organización Europea de Consumidores.

Según la organización, Nutriscore cumple con los requisitos para ser «eficaz», entre ellos «debe estar codificada por colores, ser obligatoria, basarse en pruebas científicas independientes…».

Por eso apunta a que es «actualmente el mejor candidato para una etiqueta nutricional en Europa». La asociación europea de consumidores cita más de 100 estudios científicos independientes en apoyo de la etiqueta y espera que la Comisión la proponga pronto a los Estados miembros.

Suceda lo que suceda, el Nutriscore seguirá siendo lo que es ahora: un resumen rápido de la tabla nutricional de un alimento: no nos dice lo sano que es, sólo lo equilibrado que está.