Indonesia.
Las cacatúas de las Islas Tanimbar (Indonesia), unos pequeños loros blancos también conocidos como cacatúas goffinianas, han pasado a engrosar la corta lista de animales capaces de manipular más de un objeto para obtener alimento.
Según un estudio publicado por la revista Current Biology, estas aves pueden maniobrar con distintos materiales cuando lo necesitan, una práctica que solo se ha observado con anterioridad en nuestros parientes más cercanos, los chimpancés.
Un trabajo reciente, realizado con cacatúas de esta especie capturadas en libertad, mostró que se pueden valer de hasta tres utensilios diferentes para extraer semillas de un fruto.
No obstante, hasta el momento no estaba claro si los ejemplares veían esos materiales como un conjunto con el que resolver alguna necesidad. La otra posibilidad era que fuera una sucesión de tareas individuales con un solo objeto, es decir, que simplemente se valieran del instrumento pertinente según lo fueran necesitando.
Pero ahora, los resultados de una investigación de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena (Austria), mediante experimentos controlados revela que las cacatúas goffinianas son capaces de reconocer en qué momento deben utilizar más de un objeto para lograr el ansiado alimento: anacardos.
“La flexibilidad de estas aves es impresionante” argumenta Antonio Osuna-Mascaró, biólogo evolutivo y uno de los autores de la investigación: “Con este experimento, podemos decir que al igual que los chimpancés, las cacatúas goffinianas no solo pueden valerse de múltiples herramientas, sino que además saben que las están usando para lograr algo” subraya.
El punto de partida de estos científicos ha sido observar la conducta de los chimpancés del Triángulo Goualougo, en el norte de la República Democrática del Congo. Para cazar termitas, estos primates se sirven primero de un palo sin punta para abrir agujeros en el nido y luego introducen una especie de tubo flexible o sonda para capturar a los insectos.
La destreza de las cacatúas
Siguiendo este modelo, los investigadores diseñaron el experimento con el objetivo de evaluar si las cacatúas podían capturar anacardos. De forma que se les facilitó dos instrumentos: un palo puntiagudo, y la mitad de una pajita de plástico, con los que debían primero atravesar la membrana de papel transparente de una caja y más tarde extraer su recompensa.
Los resultados fueron reveladores: siete de las diez cacatúas analizadas lograron extraer los anacardos por sí mismas perforando la membrana, y dos completaron la tarea en 35 segundos en su primer intento. Pero cada una de ellas se las ingenió con una técnica distinta. Esta especie no cuenta con tácticas equiparables en la naturaleza, y, por tanto, es improbable que esta tendencia responda a hábitos innatos.
Por otro lado, el equipo de investigadores quiso comprobar también si estas aves goffinianas tenían la habilidad de emplear esos elementos en según qué situación. Para ello, a algunos ejemplares se les retó a sacar el anacardo de una caja con una barrera mientras que otros no tenían ese obstáculo. En esta ocasión, a ambos grupos se les facilitaron los mismos materiales (un palo corto y una pajita de plástico), pero solo aquellos que se encontraban con una barrera de por medio debían usar el utensilio pertinente.
Osuna-Mascaró señala que todas las cacatúas superaron el reto en poco tiempo y además fueron capaces de saber en qué momento bastaba con usar una sola pieza: “las aves se comportaron de forma curiosa porque a la hora de seleccionar qué objeto debían usar, primero sujetaban uno y lo soltaban, luego otro y lo tiraban, volvían al primero, y así sucesivamente”. De hecho, especifica que cuando estos animales actuaban así, finalmente conseguían su recompensa.
Habilidad para desplazar varios objetos
Asimismo, se evaluó la capacidad de las cacatúas para mover el palo corto y la pajita de plástico como un solo “pack” con el que sacar el anacardo. En este sentido, sometieron a estas aves a una serie de pruebas incrementando la dificultad: primero tuvieron que subir una pequeña escalera, luego tenían que volar horizontalmente y por último debían volar en vertical portando dichos instrumentos.
El resultado fue que la mayoría de las cacatúas trasladaron tanto el palo como la pajita, lo que sugiere que supieron con antelación que debían usar ambas para apropiarse del alimento.
“No sabíamos con certeza si las cacatúas llevarían consigo dos materiales a la vez”, reconoce la coautora Alice Auersperg, bióloga cognitiva en la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena: “Ha sido una apuesta un poco arriesgada, porque he visto aves que pueden combinar elementos de forma lúdica, pero rara vez portando más de uno”.
Queda mucho por aprender sobre el uso de herramientas por parte de las cacatúas, según los investigadores. “En términos de cognición técnica y uso de herramientas, los loros han sido subestimados y poco estudiadas”, declara Auersperg.
“Hemos aprendido lo diestras que son estas cacatúas cuando utilizan un juego de herramientas, pero quedan retos por delante”, apunta Osuna-Mascaró, que concluye: “Su comportamiento nos parece muy interesante, y vamos a utilizarlo para explorar su toma de decisiones y su metacognición, es decir, su capacidad para reconocer sus propios conocimientos”.
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