Reino Unido.
La esfera que cambió el mundo, así es como se refiere al coronavirus la escocesa Angela Palmer. Su escultura reproduce el SARS-CoV-2 a grandes dimensiones: 8 millones de su tamaño real y es la obra que da la bienvenida a los visitantes de la exposición “Injecting hope”, inyectando esperanza. Ya se puede visitar en el Museo de la Ciencia de Londres, con objetos como los guantes y el antiséptico que tanto se ha normalizado.
“No queremos dar la impresión de que la pandemia ha terminado. En realidad, exploramos algunos de los tipos de tecnologías en desarrollo en torno a vacunas universales que podrían surgir en el futuro, presentamos la misión de 100 días que es una organización llamada CEPI que está tratando de organizarse para futuras pandemias”, dice uno de los encargados de la exposición.
La muestra es gratuita y recupera los grandes titulares y primeras noticias de televisión que en enero de 2020 empezaron a relatar la llegada de la pandemia. También, incluye la tecnología que se ha usado en el desarrollo de las vacunas. Por ejemplo, cuentan con el ordenador portátil de Tessa Lambe con los que trabajó cuando se lanzó el código genético de China, en ella desarrolló los primeros ensayos de la vacuna de Oxford.
Inyectando esperanza, nos invita a recordar antecedentes como el virus del zika o el ébola y aprender de pioneros como el doctor Edward Jenner, que a finales del siglo XVIII desarrolló la primera vacuna contra la viruela en el Reino Unido.
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