México. 

Rufino Tamayo realizó un trabajo impreso muy amplio que abarcó desde los años Veinte y terminó pocos meses antes de su muerte, en 1991.

Existen 75 años de creación gráfica en donde Tamayo con gran rigor, pero también con una gran audacia, introdujo muchos de los elementos que renovaron el arte clásico, este arte que tenía una ortodoxia la cual se había llevado a cabo de una manera precisa, ejerciéndose en muchos talleres.

Tamayo experimentó mucho fuera de México, como lo demuestran sus logros alcanzados en el Tamarind Lithographic Workshop.

Junto a otros creadores de renombre entre ellos José Luis Cuevas, Tamayo ingreso a Tamarind Lithographic Workshop en los ángeles y el resultado de esa residencia se puede apreciar en el museo que lleva el nombre del artista oriundo de Oaxaca.

El Tamarind fue un taller y un lugar de impresión fundamental para la renovación y el rescate de la litografía, el cual, en los años 50 en Norteamérica se había ido terminando, se escasearon las piedras de Bavaria, no había impresores capacitados debido al panorama norteamericano, después de la segunda guerra mundial surgen los pintores del movimiento expresionista abstracto que denotaron por completo expresarse a través de la litografía.

En la exposición que reúne 28 piezas, la cual se realizó en el Tamarind Lithographic Workshop de los ángeles en 1964, es difícil de ver junta ya que de estos ejemplares sólo se imprimieron 20.

Una muestra ideal para los jóvenes así como para aristas que se encuentran en un proceso de formación.

Observar este prodigio lleno de vitalidad, fuerza así como cuestiones completamente novedosas, las cuales conservan esa frescura y esa impronta de atreverse a ser en un mismo medio clásico la litografía, renovarlo por completo para convertirlo en un arte completamente contemporáneo.

Por: Canal 22