Montreal, Canadá.
Las cruciales conversaciones de la ONU destinadas a sellar un «pacto de paz por la naturaleza» entran en su fase final este sábado, el último día en que los gobiernos del mundo se reúnen oficialmente en Montreal para la COP15.
«Todavía tenemos grandes desafíos por delante» en los últimos tres días, «esta es nuestra responsabilidad común», dijo el sábado el ministro de Medio Ambiente de China, Huang Runqiu, que preside la COP15.
Pese a avances en algunos frentes, todo indica que las complejas negociaciones se extenderán hasta el 19 de diciembre, más allá del tiempo establecido.
«Imaginen un partido de fútbol con 200 equipos jugando en el mismo campo al mismo tiempo. Eso es lo que estamos tratando de hacer aquí», dijo el brasileño Braulio Dias, del equipo de transición de Lula da Silva en la COP15 y exsecretario ejecutivo de la Convención sobre la Diversidad Biológica (CBD, rectora de la conferencia).
Cuando las horas están contadas, 3.100 científicos publicaron una carta abierta pidiendo una acción inmediata para detener la destrucción de los ecosistemas.
«Nos debemos esto a nosotros mismos y a las generaciones futuras, no podemos esperar más», dijeron.
Lo que está en juego en Canadá es el futuro del planeta y si la humanidad puede hacer retroceder la destrucción del hábitat, la contaminación y la crisis climática, que amenazan con la extinción a un millón de especies de plantas y animales.
El acuerdo que resulte debe ser una hoja de ruta a seguir por los países hasta 2030, después de que el último plan de 10 años firmado en Japón no logró ninguno de sus objetivos, algo atribuido ampliamente a su falta de mecanismos de monitoreo de su implementación.
Los más de veinte objetivos que se debaten incluyen un compromiso fundamental para proteger el 30% de los espacio terrestres y marítimos, una meta que se compara con el compromiso del Acuerdo de París de mantener el calentamiento global en un tope de 1,5 ºC.
Además, los ministros de ambiente buscan pactar sobre la reducción de los subsidios a la agricultura que destruyen el medio ambiente, obligar a las empresas a monitorear y divulgar sus impactos en la biodiversidad y establecer políticas sobre las especies invasoras.
Fondos insuficientes
El mayor punto de conflicto es cuánto dinero proveerán los países ricos a los países en desarrollo para implementar las políticas para preservar sus ecosistemas.
Varios países han anunciado nuevos compromisos, tanto en la COP como recientemente. La Unión Europea prometió 7.000 millones de euros (USD 7.400 millones) hasta 2027, el doble de su compromiso anterior.
Pero estos compromisos aún están muy por debajo de lo que los observadores dicen que se necesita y de lo que buscan los países en desarrollo.
Brasil, en nombre de un numeroso grupo de países en desarrollo, pide 100.000 millones de dólares anuales, diez veces más de los fondos que aportan en la actualidad.
Pero Francia respondió que los países desarrollados solo aumentarán la financiación si se acuerdan planes más ambiciosos, incluida la reducción del uso de pesticidas, una concesión difícil de hacer para los países del sur, con agroindustrias muy dependientes de ellos.
«No podemos lamentarnos por las especies y no asumir ningún compromiso real al final de esta COP», dijo el viernes el ministro francés de Medio Ambiente, Christophe Bechu.
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