Estados Unidos 

Las autoridades estadounidenses renovaron la autorización para el dicamba, un pesticida de uso extendido, pero controvertido por su tendencia a matar cultivos en campos vecinos, agregando restricciones, según un comunicado de la Agencia de Protección Ambiental (EPA).

Este herbicida de amplio espectro, como el glifosato, existe desde hace tiempo. Pero su uso se ha intensificado desde que Monsanto, la firma estadounidense recientemente comprada por Bayer, comercializa semillas de soja y de algodón genéticamente modificadas para resistir su uso.

Tras un amplio proceso de consulta y luego de que la autorización previa expirara pocos días atrás, la EPA decidió permitir por otros dos años el uso de este químico en plantas ya crecidas.

Según el secretario estadounidense de Agricultura, Sonny Perdue, esta decisión es importante porque permite «ofrecer opciones a los agricultores».

El uso de dicamba en semillas genéticamente modificadas es beneficioso para algunos agricultores, dado que las malezas se vuelven más resistentes a otros herbicidas.

Pero el dicamba, comercializado por Bayer, BASF y DowDuPont, tiende a dispersarse fácilmente y matar plantas que no están adaptadas, lo que ha provocado la fuerte crítica de agricultores, agrónomos y defensores de la biodiversidad.

Bayer saludó la «luz verde» de la EPA, que «continúa brindando a los agricultores una herramienta muy necesaria para controlar las malezas», dijo Ryan Rubischko, gerente del grupo.

El gigante farmacéutico y agroquímico se basa en gran medida en este producto: sus semillas resistentes a la dicamba se han utilizado este verano boreal en casi la mitad de los campos de soja en Estados Unidos.

por: AFP