México.

Los agujeros negros existen en las galaxias hace millones de años. Son la fuerza de atracción más potente del universo.

Por eso nada, ni siquiera la luz, puede escapar de ellos. En realidad, son una concentración de masa, es decir, que no son agujeros en absoluto.

Los agujeros de masa estelar se forman cuando una estrella gigante es diez veces más grande que el Sol, se convierte en supernova e implosiona. Según los científicos, podría haber millones en la Vía Láctea.

Crecen al absorber otras estrellas o aglomerarse a otros agujeros negros para convertirse en uno súper masivo. Los ojos humanos no ven los agujeros negros, pero sí sus efectos sobre la materia.

Cuando las estrellas son aspiradas, se aceleran y calientan emitiendo rayos X que son detectados por telescopios orbitales.