Iberoamérica 

Un oxímetro de pulso mide la frecuencia del pulso y el oxígeno en la sangre, llamada la saturación de oxígeno. Esta información permite controlar el estado de los pacientes propensos a trastornos respiratorios.

El oxímetro, generalmente colocado en la punta del dedo o en el lóbulo de la oreja del paciente, emite dos tipos de luces. Su funcionamiento se basa en la capacidad de la sangre de absorber las luces rojas e infrarrojas según el nivel de saturación de oxígeno; la sangre que contiene mucho oxígeno, absorbe más radiación infrarroja, por lo que permite pasar más luz roja.

Por lo contrario, la sangre que no contiene suficiente oxígeno, absorbe más luz roja y permite pasar más radiación infrarroja, el nivel de saturación de oxígeno, se expresa en porcentaje: una persona en buen estado de salud tiene un nivel de entre 95 y 100 por ciento.

Una cifra inferior puede indicar un problema pulmonar. El oxímetro de pulso es opcional para evaluar la gravedad de las infecciones respiratorias agudas como la COVID-19.