Madrid, España. 

El activista climático colombiano de 13 años Francisco Vera ha anunciado que dará «voz a los niños» a través de su intervención en la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP27), que se celebrará en Egipto el mes próximo.

El fundador del movimiento Guardianes por la Vida y miembro de la Comisión de los Derechos del Niño de la ONU ha anunciado este compromiso durante su participación en el festival medioambiental Arona SOS Atlántico, celebrado en Madrid.

Vera ha insistido en que «la voz de los niños debe trascender y ser incluida dentro de las políticas de participación ciudadana”, ya que ellos «son los más afectados por el cambio climático, sobre todo en los territorios más desfavorecidos del mundo».

El activista, que mantiene la defensa del papel clave de la infancia en la políticas medioambientales y de los lazos intergeneracionales en la lucha contra la crisis climática, ha defendido que «los niños también tienen capacidad para tener criterio, opinión propia y una voz capaz de alzarse».

«Este año es la primera vez que hay un pabellón erigido a la juventud y la infancia, por lo que trataremos de hacer llegar una serie de exigencias a los gobiernos y lograr una representación sustancial que trascienda y no se quede solo en una foto o video institucional de portada, en la que lo que se escuche se pueda aplicar dentro de las políticas de reducción, mitigación, adaptación», ha mantenido Vera.

En el diálogo, el activista también ha explicado el concepto de «ecoesperanza», mencionado en su libro ‘¿Qué es el cambio climático?’, que ha definido como «una red de influencias o cadena de apoyo, desde familia o amigos, que se transforme en lucha activa con ánimo y esperanza» y lo ha comparado con la `ecoansiedad´: “cuando las noticias negativas relacionadas con el cambio climático sobrepasan emocionalmente a las personas”.

El joven Vera ha abogado por el uso del potencial de acción individual para actuar de manera colectiva, ya que a través de la “movilización es como se pueden conseguir que las empresas, gobiernos e incluso países con responsabilidad y afectaciones diferentes, contribuyan a tomar decisiones políticas para la protección del futuro”.

Las acciones de protección y conservación de especies, como los cetáceos, son precisamente la piedra angular del documental `¿Cuánto vale una ballena?´, que se proyectó antes del coloquio.

En él se explica el reconocimiento del `hope spot´, un lugar patrimonio de ballenas en aguas de Canarias, antesala de la creación de un gran área marina protegida que comprenda todas las islas del archipiélago y que asegure la supervivencia de la especie.

El documental bucea en la importancia del valor ecológico y la conservación de los cetáceos para el ecosistema oceánico y las amenazas a las que se enfrentan provocadas por la acción humana: la colisión con embarcaciones, la contaminación por plásticos, la sobrepesca o el cambio climático.

También insta a repensar el valor que se le da a la especie, ya que algunos estudios cifran en dos millones de dólares por ballena sus beneficios ecosistémicos, y exponen la necesidad de su conservación e investigación para la supervivencia del ser humano y los océanos.

Vera ha declarado en el coloquio su devoción por los cetáceos y la importancia de su conservación, sobre todo en el Atlántico por «su capacidad purificadora del aire y de generar plancton y eliminar CO2”.

El diálogo y el documental se enmarcan en el ciclo de actividades organizado por el festival pionero en la concienciación ambiental en España, Arona SOS Atlántico, del que Vera es embajador, y que bajo el lema “Ballenas de Vida”, cumple este año su novena edición.