México.

Karen y Alonso son parte de la brigada roja que realiza rondines por el centro de Ciudad de México para apoyar a personas en situación de calle. Esta vez reparten kits de toallas sanitarias para las mujeres.

Son algunas del 17 por ciento de mexicanas sin posibilidad de adquirir la canasta básica alimentaria y sin acceso a agua potable o duchas.

“Es importante que los gobiernos puedan dar productos de calidad de gestión menstrual para las mujeres de forma gratuita, pero también que lleven información a esas personas excluidas para que puedan vivir su menstruación adecuadamente”, resaltó Karen.

La gratuidad es una de las principales exigencias de la ONG El Caracol, puesto que las mujeres pobres gastan 2.5 veces más en productos de higiene que el resto.

En la brigada se encuentra Rosalinda, que lleva desde los 14 años en las calles tras sufrir violencia familiar. Debe escoger entre comer y comprarse toallas, algo que le ha generado problemas de salud y vergüenza al pensar que olía mal.

“No tengo recursos para comprarlas y uso trapos como se hacía antes. Cuando no lo hay uso papel, pero estos dicen que te puede traer infecciones”, dijo Rosalinda.

Este estigma se extiende a toda la población: 4 de cada 10 adolescentes y niñas aseguran haber faltado a la escuela durante su periodo por el acoso o las burlas.

Frente a ese acoso escolar nació “Menstruación Digna” un movimiento que logró que México sea el segundo país de Latinoamérica, después de Colombia, en retirar el IVA a toallas, tampones, pantiprotectores y copas menstruales.

Esto es un paso importante, pero aún falta velar por su implementación, el presupuesto necesario y datos sobre la pobreza menstrual.

Una reducción del 16 por ciento, que sería el IVA, no es un cambio radical, pero el movimiento lucha por la gratuidad y se ha conseguido en nueve estados mexicanos.

El reparto gratuito de productos menstruales en las escuelas o en la calle con el fin de eliminar un gasto discriminatorio para garantizar un derecho esencial a más de la mitad de la población.

Según una encuesta de Naciones Unidas tan solo un 5 por ciento de los padres y madres mexicanas hablan a sus hijas adolescentes sobre la menstruación y también a penas un 5 por ciento del personal de salud incide en el tema. Romper el tabú es indispensable para avanzar hacia una menstruación digna.