Argentina.

Argentina se abre al mercado del cannabis medicinal y la industria del cáñamo. Formará parte de los 50 países que regularán y gestionarán el acceso al medicamento con cierto grado de cobertura médica y los beneficios que se buscan en el combate de las enfermedades.

La creación de la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (Aricame), que surgió con la nueva ley, permitirá la regulación de esta industria con el objetivo de crear nuevos puestos de trabajo, desarrollar una economía productiva en varias provincias del país suramericano y generar exportaciones.

La coordinadora del Aricame, Silvia Kochen, neurocientífica e investigadora del Conicet dijo que la agencia “facilitará aquello que tenga que ver con la investigación clínica, modelos experimentales y estudios para una mayor transparencia y seguridad. Tanto para los que producen como para los usuarios del cannabis medicinal”.

Un “nuevo” sector productivo con el que esperan tratar los síntomas de una economía castigada. Los especialistas ven a la marihuana de uso medicinal como una suerte de panacea, capaz de utilizarse para tratar varias enfermedades y expandir el campo de la investigación médica. “Argentina posee los recursos humanos idóneos, comprometidos con la temática desde todos los frentes”, explicó la coordinadora de la institución.

A principios de mayo, el Parlamento aprobó una ley, promulgada esta semana por el presidente Alberto Fernández, que autorizó a productores y comercializadores privados a iniciar estrategias que garanticen la seguridad, calidad, fiscalización y trazabilidad de la cadena productiva, algo que desde 2017 estaba reservado para el Estado y autorizado para empleo terapéutico, paliativo y científico del cannabis.