Roma.
El lanzamiento inaugural del nuevo cohete de carga de la Agencia Espacial Europea (ESA), Vega-C, terminó hoy con éxito, después de unas operaciones que duraron 2,15 horas y que pusieron en órbita varios satélites científicos.
«Lo hemos logrado todos juntos», celebró el director de Transporte Espacial de la ESA, Daniel Neuenschwander, desde el centro de Kurú, en la Guayana Francesa.
Las operaciones de lanzamiento de Vega-C, seguidas también desde el Centro de Observación Terrestre (ESRIN) de Frascati, cerca de Roma, por ser un instrumento mayoritariamente italiano, terminaron a una altura de 5.858 kilómetros de la Tierra.
Se trata de un lanzador de un solo cuerpo de 35 metros de altura capaz de colocar aproximadamente 2.200 kilogramos en una órbita, casi el doble de su anterior versión, Vega, utilizada desde 2012.
En esta misión inaugural, el nuevo cohete, que se une a la familia Ariane, usada desde 1979, puso en órbita seis «Cubesats» o nanosatélites con propósitos científicos y tecnológicos.
También el satélite científico italiano Lares-2 para medir el efecto «Frame-Dragging», distorsión del espacio/tiempo causada por la rotación de cuerpos celestes prevista por Albert Einstein en su Teoría General de la Relatividad.
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