Por Naix’ieli Castillo, Ciencia UNAM-DGDC

De acuerdo con la Agencia Internacional de Energías Renovables, la capacidad instalada de tecnología en energías renovables ha crecido enormemente a pesar de la desaceleración económica debida a la pandemia de COVID-19.

Los mercados de tecnologías limpias crecen y las ventajas de la transición energética ya empiezan a verse. En este escenario parecería que la investigación científica en esos temas ha quedado resuelta, sin embargo, aún existen muchos problemas por resolver para consolidar estas nuevas tecnologías y obtener el mayor provecho posible.

Ella es investigadora del Instituto de Energías Renovables de la UNAM; su especialidad es la bioenergía, específicamente la producción de biocombustibles y el aprovechamiento de microalgas bajo el concepto de biorrefinería.

Al hablar de los retos de la investigación en el área de bioenergía para Ciencia UNAM, señala que es fundamental cuidar en los procesos de producción el equilibrio entre la protección del clima y la protección de la biodiversidad.

Actualmente, los biocombustibles como el bioetanol, biodiesel o biogás, por lo general se hacen a partir de caña de azúcar, de maíz o de soya. La producción de estos cultivos requiere de grandes extensiones de terrenos, agua y fertilizantes. Esta producción exhaustiva ha llevado a convertir terrenos que eran silvestres a suelo cultivable en detrimento de la ecología y la biodiversidad.

La especialista explica que analizando el ciclo de vida de los procesos desde la obtención de la biomasa hasta la producción de los biocombustibles, es posible mantener un balance del carbono liberado a la atmósfera por combustión con respecto al carbono captado durante la producción de la biomasa necesaria para obtener dichos biocombustibles.

Esto permitiría elegir aquellos procesos de producción que tengan un mejor balance de carbono que los combustibles fósiles y los biocombustibles de primera generación.

No solo biocombustibles, también otros productos de química fina

El petróleo se utiliza para obtener muchos otros productos además de los combustibles, algunos ejemplos son plásticos, solventes, precursores de pinturas y otros compuestos que se utilizan cotidianamente. A partir de la biomasa se pueden obtener no solo bioenergéticos, sino también muchos productos análogos a los que se obtienen actualmente del petróleo pero con la ventaja de su biodegradabilidad.

“Esto puede ser sencillo de entender si se piensa que el petróleo también fue biomasa. Lo que ahora se tiene que hacer es tomar lo más parecido al petróleo que es la biomasa y someterla a procesos que permitan cambiar sus características físicas y químicas para utilizarlos más eficientemente”.

Al igual que en el caso de los bioenergéticos, los análisis de ciclo de vida de estos otros productos, serán determinantes para establecer estrategias de biorrefinación y de bioeconomía circular que permitan combinar los procesos que se conocen a la fecha y determinar las etapas de los procesos que se pueden mejorar para alcanzar metas como el balance neto de carbono (es decir la compensación entre las emisiones de carbono que se emiten y las que se retiran de la atmósfera).

También podrías ver ¿Refinerías o Biorrefinerías? 

Para la especialista en bioenergía, es importante despertar vocaciones científicas en los jóvenes para que en el futuro se interesen por abordar el problema desde varios enfoques. Algunos de estos son el impacto de los bioenergéticos sobre el balance de carbono en la atmósfera, el análisis de ciclo de vida de los procesos, el acoplamiento de procesos de producción de biocombustibles con la producción de compuestos análogos a los obtenidos del petróleo, por mencionar solo algunos temas.

Con­sul­ta la nota ori­gi­nal: https://ciencia.unam.mx/leer/1174/energias-renovables-los-retos-de-consolidar-las-nuevas-tecnologias