Manaos, Brasil.
Es una imagen difícil de creer: enormes y pestilentes alfombras de basura flotante se acumulan en ríos y canales de Manaos, la principal urbe de la Amazonía brasileña.
En un puente de Sao Jorge, una barriada pobre al oeste de la capital del estado Amazonas, la cuchara de una excavadora saca del agua montones de residuos como botellas, botes de plástico y partes de electrodomésticos acumulados en las aguas, a veces al lado de los palafitos.
En otro punto de la ciudad, en el río Negro, uno de los mayores afluentes del Amazonas, funcionarios con mono naranja recogen desechos en canoa y los lanzan a una gran balsa recolectora. Con la crecida del río Negro en esta época del año, la basura llega a enredarse en las ramas de los árboles.
Cada día, en esta ciudad ubicada en el corazón del llamado pulmón del planeta, una brigada municipal recoge 30 toneladas de basura que enturbian las aguas de ríos, canales, costas y playas. En algunos puntos de la ciudad, los desechos son tantos y están tan acumulados que no se alcanza a ver el agua.
Aunque el problema se repite cada año, coincidiendo con el final de la época de lluvias, las autoridades constatan que se está agravando.
Ente enero y mayo de 2022, la municipalidad recogió en más de un centenar de operativos unas 4 mil 500 toneladas de material, muchas veces reciclable, lanzadas al agua por los habitantes de la ciudad.
«También los que viven en los bordes tiran los desechos directamente al igarapé (brazos de agua o canales). Pocas personas los echan a la basura, creo que alrededor del 20%. La gente no ayuda a conservar la naturaleza», explica a la AFP Antonino Pereira, un vecino de 54 años que se queja del olor nauseabundo en Sao Jorge.
Para José Rebouças, subsesecretario de operaciones de la Secretaría Municipal de Limpieza Pública de Manaos, resolver esta caótica situación requiere un cambio de hábito de la ciudadanía, lo cual ahorraría los recursos que Manaos se gasta en limpieza, un millón de reales mensuales (unos 190.000 dólares).
«La toma de conciencia de la población sería muy gratificante para nuestra ciudad y sobre todo para nuestro entorno», asegura.
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