El administrador de la NASA, Bill Nelson, anunció el miércoles que la agencia espacial estadounidense revelara el 12 de julio la «imagen de nuestro universo más profunda que haya sido tomada jamás», gracias al telescopio espacial James Webb puesto en operación recientemente.

«Si lo piensas, esto lo más lejos que la humanidad haya visto jamás», dijo Nelson durante una rueda de prensa del Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial en Baltimore, el centro de operaciones para el observatorio de 10 mil millones de dólares que fue lanzado en diciembre del año pasado y que ahora orbita el Sol a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra.

Maravilla de la ingeniería, el telescopio Webb es capaz de escudriñar en el espacio mucho más allá que lo que lo ha hecho ningún otro telescopio, gracias a su enorme espejo principal y sus instrumentos que enfocan en infrarrojo, permitiéndole atravesar el polvo y el gas cósmico.

«Va a explorar objetos en el sistema solar y las atmósferas de exoplanetas orbitando otras estrellas, dándonos pistas sobre si sus atmósferas son o no parecidas a la nuestra», agregó Nelson, hablando por teléfono desde su aislamiento por covid.

«Esto puede responder algunas preguntas que tenemos: ¿De dónde venimos? ¿Qué más hay allí afuera? ¿Quiénes somos? Y por supuesto, va a responder a cosas de las que aún no sabemos ni siquiera las preguntas».

Las capacidades infrarrojas del telescopio Webb permiten ver más profundamente hacia atrás en el tiempo hacia el Big Bang, ocurrido hace 13 mil 800 millones de años. 

Debido a que el universo se expande, la luz de las primeras estrellas cambia de longitudes de onda ultravioleta en el espectro visible en las que fue emitida a otras más largas, correspondientes a las longitudes infrarrojas que Webb está listo para detectar en una resolución sin precedentes.

En la actualidad, las observaciones del cosmos más lejanas están en los 330 millones de años después del Big Bang, pero con Webb los astrónomos creen que ese límite puede ser rebasado fácilmente.

20 años de vida 

En otras buenas noticias, la administradora encargada de la NASA, Pam Melroy, dijo que gracias al eficiente lanzamiento efectuado por Arianespace, socio de la NASA, el telescopio Webb puede seguir operando por 20 años, doblando el rango de durabilidad considerado inicialmente.

«Esos 20 años no solo van a permitirnos ir más profundamente en la historia y el tiempo, sino que iremos más profundamente en la ciencia pues tenemos la oportunidad de aprender y crecer y de hacer nuevas observaciones», dijo la directiva.

La NASA también tiene intenciones de compartir el 12 de julio la primera espectroscopía del Webb a un planeta lejano, o exoplaneta, afirmó el científico principal de la NASA Thomas Zurbuchen.

La espectroscopía es una herramienta para analizar la estructura química y molecular de objetos distantes, y un espectro planetario puede ayudar a caracterizar su atmósfera y otras propiedades como la presencia de agua y la apariencia de su suelo.

«Justo desde el inicio, miraremos hacia esos mundos allá afuera que nos mantienen despiertos en la noche cuando miramos un cielo estrellado», añadió Zurbuchen.