Una ruidosa avenida en México amenaza la salud pública de las personas

México.

A Rafael casi siempre le tienen que repetir la orden de tacos porque no la escucha. Ya ha tenido problemas de ansiedad por pasar 12 horas al día cerca de la avenida Ignacio Zaragoza, la más ruidosa de la Ciudad de México. Se estima que sufre daño auditivo el 75 por ciento de los habitantes de la Ciudad de México. La capital alcanza en promedio 85 decibeles, 20 más del máximo recomendado por la OMS. Solo tiene 15 días al año con calidad auditiva.

El estruendo es permanente y Norma, la dueña de un quiosco de revistas, lo ha soportado la mitad de su vida. “Uno se acostumbra. Ya llevo 35 años aquí, desde que comenzó el metro. Ya es algo normal, algo cotidiano”.

La principal causa de ruido son los más de 5 millones de autos que transitan a diario. Un parque que se ha duplicado en la última década y ha duplicado la contaminación acústica y los daños a la salud.

Rosa, una vendedora de ropa, dice que se siente más irritable. El ruido es la segunda causa de enfermedad por motivos ambientales. “No te permite hablar o tener una conversación en modo bajo, tienes que gritar. Escucharlo diariamente te provoca estrés”.

Afectaciones que pueden derivar en ingresos psiquiátricos, complicaciones cardiovasculares o déficit cognitivo de menores, según el análisis del investigador de la UNAM Cesario Estrada. Advierte que la capital carece de un mapa oficial y sensores que permitan al menos supervisar la contaminación acústica. Por eso, aunque hace un año se endurecieron las medidas con elevadas multas y hasta penas de cárcel, esas sanciones no se aplican.

Un ruido que es un invisible problema de salud pública. Esta avenida es uno de los lugares más ruidosos de la capital mexicana, además del denso tráfico se suma la cercanía de un aeropuerto y una estación de tren. Ahí, los decibeles suelen superar los 130, el doble de lo que la OMS considera tolerable. Sus transeúntes y comerciantes ya se han acostumbrado a gritar, al dolor de cabeza o al estrés: los daños por vivir en una de las 5 ciudades con más mayor ruido de América Latina.