La medidas urgentes para apoyar a los sistemas agrícolas golpeados por la pandemia y por la guerra en Ucrania deben ir de la mano de la lucha contra el cambio climático, estimó este jueves la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
«Las políticas agrícolas a corto plazo en respuesta a las crisis mundiales deben abordar simultáneamente los retos actuales y las reformas que buscan luchar contra el cambio climático y las distorsiones en los mercados internacionales», apunta en un informe.
El 22 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero dependen del sector agrícola, que debe reducir su impacto y adaptarse al cambio climático, reza el informe, que lamenta que la relajación de las normas ambientales para aumentar la producción se hace a menudo «en detrimento de la sostenibilidad».
La organización con sede en París, a la que pertenecen 38 países entre ellos México, Chile, Colombia y Costa Rica, advierte contra otorgar ayudas públicas que distorsionen el mercado y contribuyan a aumentar las emisiones sin beneficiar a los agricultores.
En su informe sobre las políticas agrícolas de 2019 a 2021, la organización examina cómo 54 países, entre ellos también 11 economías «emergentes» no miembros del club como China, India y Brasil, invierten su dinero en este sector.
En ese período, se destinaron unos 817 mil millones de dólares anuales al sector agrícola, una ayuda récord en alza del 13 por ciento respecto al período 2018-2020. Este aumento se debe en parte a políticas temporales para apoyar a «los consumidores y a los productores durante la pandemia de COVID-19″.
El sector agrícola se benefició de medio billón de dólares de ayudas públicas. El resto se inyectó a través de políticas de apoyo de precios (aranceles, subvenciones a la exportación).
China realizó casi un tercio de la inversión total (285.000 millones de dólares).
Cuatro meses después de la ofensiva rusa de Ucrania, la organización estima que, si bien «la disponibilidad general [de alimentos o fertilizantes] sigue siendo suficiente en este momento, el aumento de los precios de estos productos crea nuevos desafíos», especialmente en los países más pobres.