Colombia.
Movilizarse en Bogotá es frustrante, caótico y desgastante. Calles en mal estado, semáforos dañados, mala señalización y alcantarillas sin tapas son la pesadilla para las más de 500 mil personas en condición de discapacidad, sin contar adultos mayores y niños que encuentran obstáculos al desplazarse por la ciudad.
Tanto a nivel nacional como distrital, el diseño urbanístico cuenta con diferentes leyes y resoluciones establecidas para garantizar los derechos de las personas con discapacidad; sin embargo, es común que los espacios diseñados para la movilidad de estas personas estén invadidos o mal utilizados.
“Si bien se han hecho esfuerzos preponderantes, falta conciencia ciudadana”, dijo el abogado Diego Acevedo. Nuestra calidad de vida también se ve reflejada por la sociedad en la que vivimos, en ese sentido, el diseño y la funcionalidad de lo que nos rodea facilita o impide la inclusión y autonomía en movilizarse en una ciudad como Bogotá, que presenta fallas en su infraestructura.
“La ciudad de Bogotá no está diseñada como un lugar inclusivo, pero sí podría implementarse en los siguientes planes que tengan en la ciudad. Un ejemplo de ciudad inclusiva es Berlín, en Alemania ya que cuenta con un sistema que abarca al 100 por ciento de las personas con discapacidad, personas en silla de ruedas. También cuenta con un sistema de transporte donde todas estas personas se puedan mover sin ningún problema”, dijo la arquitecta Laura Vargas.
Más del 40 por ciento de las personas con discapacidad en Bogotá, han tenido que enfrentarse a situaciones de riesgo durante su desplazamiento en la ciudad. Es por eso, que mejorar la accesibilidad, replantear el papel del transporte público y ofrecer un servicio de calidad que pueda ser utilizado por todos los habitantes sin importar su condición física o mental. Además, las personas con discapacidad también luchan contra la falta de oportunidades laborales, la discriminación y el abandono.
El acceso a la justicia es limitado, pues suelen verse como sujetos de caridad y no como personas con derechos. De acuerdo con la fundación Discapacidad Colombia, diariamente se reciben entre 40 y 70 quejas de personas con discapacidad que viven en Bogotá, quienes cada día ven cómo estas fallas repercuten en su movilidad; sin embargo, estas acciones no prosperan.
“El estado tiene el deber de garantizar, no es que estén solo en el papel: se tiene que aplicar y cumplir. Yo como persona con discapacidad podría exigirle al estado, pero, ¿qué pasa? Son procesos demasiado tardados y pueden resultar muy costosos y no será recompensado económicamente para los gremios de abogados, no resulta satisfactorio hacerlo”, dijo Diego Acevedo.
Bogotá no está 100 por ciento apta en términos de inclusión para la movilidad total de las personas, pero tampoco está en ceros, pues ha instalado semáforos sonoros y señales en braille: herramientas que facilitan el tránsito en la ciudad.
Por: Directo Bogotá.
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