Venezuela.

Francisco Pinto, un cimarrón del arte de Venezuela, un emoji sonriente, no amarillo, sino negro y la frase «Ahora todos somos negros» es una temática repetida en la obra del polifacético artista venezolano que denuncia el racismo con objetos industriales y propios de la cultura pop.

“Es un tema muy difícil porque es el tema de la trata de la esclavitud. Y la gente como que le tiene rechazo un poco a eso. Pero yo aprendía a jugar y a hacer apropiaciones y reinterpretar y mostrarte de una forma divertida y una forma que atrapa al espectador. Me siento un cimarrón del arte”, subrayó Francisco Pinto.

El término cimarrón se atribuye en América Latina a los esclavos que se refugiaban en los montes buscando la libertad. “Yo todas las cosas que hago lo hago por instinto y es como si alguien me diera la idea y yo la plasmara en mi obra. Como que tengo que levantar la voz y tengo que decir algo, a través de esas voces que me hablan desde adentro”, contó el artista.

Pinto sin educación formal en artes plásticas. Es un gran admirador del artista estadounidense Jean-Michel Basquiat, cuyos dibujos lleva tatuados en sus brazos y lo usa constantemente como referencia en su arte. “Me he africanizado con esta obra y me cambió todo. Me encontré conmigo mismo, y yo dije que Basquiat tenía que estar en un museo africano. Eso fue lo que hice y mira donde está”, destacó Francisco Pinto.

El trabajo de Francisco Pinto está expuesto en el Museo de Arte Afroamericano de Caracas y ha seducido a la Fundación Montreso, que le invitó a realizar una residencia en el Jardín Rouge de Marrakech.