Guadalajara, Jalisco. 

Los perros de hocico chato están predispuestos a desarrollar ciertas patologías, como por ejemplo dificultades respiratorias y enfermedades oculares.

Por motivos de bienestar animal, en los últimos años algunos países han restringido la cría de varias razas de perros de cara plana. Noruega y Países Bajos, por ejemplo, son algunos de los países que han establecido restricciones a la reproducción del bulldog inglés.

Un estudio publicado en la revista Canine Medicine and Genetics describe que los perros de esta raza corren un mayor riesgo de sufrir afecciones respiratorias, oculares y de la piel debido a sus características físicas extremas, que incluyen el hocico más corto, piel plegada y un cuerpo rechoncho.

Los autores advierten que, si los estándares de esta raza no se redefinen hacia rasgos más moderados, es posible que Reino Unido prohíba su cría.

Una raza seleccionada por sus características físicas extremas

El bulldog inglés fue seleccionado para los combates con toros: los bull-baiting, de los que viene su nombre .

En 1835 el Parlamento del Reino Unido aprobó la Ley de Crueldad contra los Animales que, entre otras cosas, prohibió estos combates. La pérdida de utilidad de la raza llevó el antiguo bulldog al declive y a su progresiva substitución por el bulldog inglés moderno.

A lo largo de los años, este perro ha sido seleccionado para ser menos agresivo que su antecesor y, al mismo tiempo, para extremar su apariencia física, tanto facial (hocico más chato y arrugas faciales más pronunciadas) como corporal (cuerpo más grueso y achaparrado).

Con el tiempo, el bulldog inglés se ha vuelto una raza de exhibición y de compañía. Sus características físicas son el cráneo corto (braquiocefálico), la mandíbula sobresaliente, pliegues en la piel y una constitución robusta.

Predisposición a enfermedades

Los autores del estudio, del Royal Veterinary College RVC de Londres, han comparado el riesgo de padecer algunos trastornos comunes entre bulldogs ingleses y perros de otras razas.

Para ello, han utilizado la base de datos VetCompass: un proyecto sin ánimo de lucro de la RVC, que tiene como objetivo estudiar los tipos y la frecuencia de los problemas de salud de los animales de compañía, para así identificar factores de riesgo.

VetCompass recopila millones de registros clínicos de centros de atención veterinaria, para que investigadores y veterinarios puedan acceder a ellos, con el objetivo de mejorar la salud y el bienestar de los animales de compañía.

En esta investigación, los autores han analizado los registros clínicos de 2.662 bulldogs ingleses y 22.039 perros de otras razas. Los datos procedían de todo Reino Unido y databan a partir de 2016.

Los autores han evaluado 43 enfermedades comunes en perros, como dermatitis, soplos cardíacos, enfermedades respiratorias y oculares.

Según los resultados del análisis, los bulldogs ingleses tienen el doble de probabilidades que los otros perros de ser diagnosticados con al menos un trastorno. La raza muestra predisposición para 24 de las 43 enfermedades, es decir, para más del 50 % de las patologías analizadas.

Comparado con los otros perros, los bulldogs ingleses tienen un riesgo 38,12 veces más alto de desarrollar dermatitis en los pliegues de la piel.

El ojo de muchos animales es dotado de una estructura protectora denominada membrana nictitante o ‘tercer párpado’, que alberga una glándula lagrimal. El prolapso de esta última hace que el tercer párpado sobresalga como una masa roja e hinchada en la esquina interna del ojo. Esta afección es frecuente en los perros y es llamada comúnmente ‘ojo de cereza’.

Los investigadores han observado una mayor predisposición de los bulldogs ingleses a desarrollar esta afección y han calculado que en estos perros el riesgo de contraer esta enfermedad es casi 27 veces superior que en los otros estudiados.

El síndrome braquiocefálico es una patología obstructiva de las vías respiratorias. Afecta principalmente a aquellas razas de perros que se caracterizan por tener la cabeza acortada. En estos animales, la forma achatada del cráneo está asociada a algunas anomalías físicas que provocan los problemas respiratorios. Los orificios nasales y la garganta, por ejemplo, suelen ser más estrechos, lo que dificulta la respiración.

Además de las dificultades para respirar, lo perros que padecen este síndrome suelen presentar otros problemas, como apnea del sueño, intolerancia al ejercicio físico, sensibilidad al calor, vómitos o regurgitaciones, entre otros.

Según el análisis de este estudio, los bulldogs ingleses muestran un riesgo 19,2 veces más alto de padecer este síndrome que los otros perros estudiados.

Por el contrario, los investigadores han encontrado que los bulldogs ingleses tienen un riesgo reducido de algunas afecciones, como enfermedades dentales, soplos cardíacos e infestación por pulgas.

Redefinir unas características más moderadas

Los bulldogs ingleses tienen una esperanza de vida de entre ocho y 10 años, siendo por lo general más baja que la de perros de otras razas.

Los autores del estudio describen que solo el 9,7 % de los bulldogs ingleses incluidos en la investigación tenía más de ocho años, en comparación con el 25,4% de los de otras razas. Según proponen los investigadores, esto respalda la idea de que la vida más breve de estos canes relacionada con su peor estado de salud.

Dan O’Neill, profesor asociado de epidemiología de los animales de compañía en el RVC y coautordel estudio, comenta: “Estos hallazgos sugieren que la salud general del bulldog inglés es mucho peor que la de otros perros. Sin embargo, lo más preocupante es que muchas de las condiciones de salud que sufren los ejemplares de esta raza, como la dermatitis en los pliegues de la piel y los problemas respiratorios, están directamente relacionadas con los caracteres físicos extremos para los cuales han sido seleccionados”.

Dada la continua popularidad de la raza, la forma del cuerpo típica de los bulldogs ingleses debe redefinirse hacia características corporales más moderadas. Hacerlo no solo mejorará la salud de los perros, sino que también podría permitir que Reino Unido evite seguir a otros países en la prohibición de esta raza por motivos de bienestar animal”, añade O’Neill.

Los autores sugieren que una investigación futura podría comparar la predisposición a estos trastornos entre los bulldogs ingleses con rasgos físicos más moderados y otros ejemplares de la misma raza que presenten características más extremas. Esto permitirá evaluar los posibles efectos beneficiosos de criar perros que tengan rasgos corporales menos drásticos.