Berlín, Alemania

Colectivos y asociaciones de defensa del medioambiente se manifestaron frente a la Puerta de Brandeburgo de Berlín para exigir medidas de protección para la Antártida y para la biodiversidad del continente.

Este acto coincidió con dos reuniones clave que se celebraron en Alemania en estos días: la cumbre de ministros de medioambiente, clima y energía del G7 y una conferencia sobre la Antártida.

La manifestación, organizada por la Coalición para la Antártida y el Océano Austral (ASOC), pretendía concienciar a Alemania y al resto de países que se dieron cita en estas reuniones sobre la crisis climática que afecta al Océano Antártico y la vida que alberga.

«Estamos aprovechando que se está realizando en estos momentos la reunión consultiva del Tratado Antártico, en la que se reúnen todos los países que discuten sobre el futuro de la Antártida, y que este año se celebra en Alemania, para, por un lado, celebrar esta reunión y, por otro lado, llamar la atención del público general sobre el tema de la conservación de la Antártida”, señaló a Efe el doctor Rodolfo Werner, que trabaja para la Pew Charitable Trusts y la ASOC.

Werner explica que «si bien la Antártida es uno de los lugares del mundo donde menos dióxido de carbono se produce, paradójicamente es uno de los lugares donde más se aprecian los efectos del cambio climático, que llevan en algunos casos a una reducción drástica del hielo marino«.

El científico alude a casos como el de la península antártica, donde se encuentra una de las mayores concentraciones de kril antártico, «la base del ecosistema marino” del continente, cuya proliferación se ve afectada por el derretimiento de los casquetes polares.

Werner señala también otro problema que afecta a la Antártida: la pesca de especies como la merluza negra y el kril antártico, cuya concentración en ciertas áreas impacta sobre la disponibilidad de alimento para especies autóctonas como el pingüino emperador o la ballena azul.

Los organizadores colocaron una escultura de hielo de un pingüino emperador para que fuera derritiéndose con el paso de las horas, un símbolo de los efectos del cambio climático en el ecosistema antártico y de la presión que sufren estas especies en la región.

Los activistas pidieron medidas urgentes para detener el uso de los combustibles fósiles, que calientan el planeta y provocan el deshielo de la Antártida, y exigieron que se actúe sin dilación para establecer un sistema de áreas marinas protegidas con el fin de salvaguardar hábitats vitales de la región.

La Antártida es una zona con importantes «intereses geopolíticos y en las actividades extractivas, como la pesca o la minería. Por eso es tan importante sostener el espíritu del Tratado Antártico con el que fue creado, dedicado a la paz y a la ciencia», sostiene Werner.