Santiago, Chile.
Cerca medio millar de mujeres mapuche, ataviadas con sus trajes típicos, se reunieron para batir un récord mundial en La Araucanía, al sur de Chile: fabricar un tejido de un kilómetro de largo y 50 centímetros de ancho con los colores del «relmu», arcoiris en idioma mapudungun.
Un esfuerzo titánico que se quedó a escasos cien metros de su objetivo primario pero que no supuso por ello un desmedro para las 426 mujeres que se concentraron en la costera ciudad de Puerto Saavedra en un ambiente de fiesta para celebrar también la diversidad y el poder cultural de un pueblo que se ha visto en las últimas semanas vapuleado por la polémica del conflicto ancestral que existe en la zona con el gobierno y las grandes empresas forestales, que reducen los bosques milenarios.
Poco después del amanecer, tras la «llellipun», la rogativa tradicional mapuche de apertura, las tejedoras colocaron sus «witrales» (telares tradiciones) de casi dos metros y medio de alto y empezaron a fruncir el tejido más largo del mundo en la comuna costera de Puerto Saavedra, a 766 kilómetros al sur de la capital.
El récord anterior lo ostentaban unas tejedoras chinas que en 2017 fabricaron una tela de casi 280 metros cuadrados.
«Últimamente en el mundo ha habido muchas tempestades, mucho dolor, mucho derramamiento de sangre… Con esto lo que pretendemos es demostrar que un pueblo se puede unir y entregar a través de estos colores un poco de alegría, de paz», explicó Patricia Huinca, de la Fundación Chilka y coordinadora del proyecto.
Para la hazaña, se usaron una tonelada de lana de oveja de la raza Dohne Merino, que proviene de Tierra del Fuego, en el extremo sur del continente americano.
«Siempre hemos tejido en el interior de nuestras casas, encerradas, nadie sabía de nuestra actividad, de nuestros tejidos, pero hoy nos vamos a dar a conocer al mundo», agregó Huinca.
Colores de la naturaleza
La lana se lavó y se tiñó con materiales naturales para conseguir los colores del arcoiris, que representan distintos valores de la cultura mapuche.
El morado, por ejemplo, simboliza el «che troki wün (respeto por la persona) y el verde, el «rekülüwüm» (respaldo al otro), mientras que el amarillo se refiere al «norchewün» (actuar con rectitud).
«La mayoría de los colores se pueden obtener de la naturaleza, pero hay algunos que cuesta encontrarlos, como el azul rey», aseguró a efe Nelly Calbulao, otra tejedora mapuche.
El pueblo mapuche, que vive principalmente en La Araucanía y otras zonas del sur, es el más multitudinario de Chile, donde existen además otras nueve etnias indígenas: aymara, diaguita, quechua, atacameño, colla, yagán, kawésqar, chango y rapa nui.
Por primera vez en la historia del país, los pueblos originarios están participando en la redacción de una nueva Constitución, que definirá a Chile como un Estado plurinacional y reconocerá las culturas ancestrales.
«Este es un récord de las mujeres mapuche, de nuestra fuerza, tenemos mucho ‘nahuen’ (energía)», concluyó otra de las participantes, que prefirió no dar su nombre.
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