Guadalajara, Jalisco.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) comienza mañana su 75ª asamblea anual con el desafío de poner fin al «estado de emergencia» en el que ha trabajado desde el comienzo de la pandemia de 2020 y asumir nuevos retos cuando éacabe, incluido el de intentar que no se repita una crisis igual.
Hasta el 28 de mayo, máximos responsables de salud de los 194 países miembros repasarán en el Palacio de las Naciones, la sede europea de la ONU, las acciones del último año y se fijarán objetivos para los siguientes, en la primera asamblea que se celebrará en formato presencial desde el inicio de la pandemia.
Aunque se espera que la OMS mantenga la emergencia internacional por la covid-19 al menos hasta julio (mes en el que está previsto que se reúna el comité encargado de prolongar esa situación o ponerle fin), el director general de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus, adelantó esta semana que será un tema de debate.
«Debatiremos cómo acabar con la emergencia, entre otras cosas aumentando el acceso a vacunas, antivirales y otras herramientas esenciales», señaló Tedros, quien mantiene el objetivo de que en julio se haya conseguido que todos los países hayan alcanzado inocular al menos a un 70 % de sus poblaciones contra la covid.
Renovación de mandato para tedros
«Después de tres años, me alegrará mucho reunirme con los líderes sanitarios cara a cara en Ginebra, para una asamblea que llega en un momento crucial», aseguró Tedros, quien en esta edición sera reelegido para un segundo mandato de cinco años, durante una votación que se producirá el martes 24.
Ya en octubre de 2021 se confirmó que el director general etíope, máximo responsable de la OMS desde 2017, era el único candidato a encabezarla para el periodo 2023-27 y que su candidatura será apoyada por 28 Estados de la organización, entre ellos España, Francia y Alemania, tras su importante papel durante la crisis sanitaria.
La asamblea buscará por otro lado avanzar en la reforma de la OMS y de las normativas sanitarias internacionales con el fin de preparar mejor al planeta para posibles futuras pandemias, tras comprobarse con la iniciada en 2020, la peor en más de un siglo, que el mundo no estaba preparado para ellas.
Las reformas pasan por dar mayor poder financiero y más independencia a la OMS y dotar a los miembros de unas regulaciones internacionales que obliguen a reportar con más rapidez nuevos patógenos peligrosos, aunque muchas de esas reformas tomarán bastante tiempo, según reconoce la propia OMS.
Más presupuesto, menos beneficencia
De momento, la asamblea propondrá aumentar un 14 % el presupuesto de la organización para el bienio 2022/23 y subir progresivamente el porcentaje de los fondos de la OMS que proceden de los Estados miembros, para que ésta dependa menos de donaciones y tenga una mayor autonomía.
Recientemente se aprobó en el seno de la organización que un 50 % de sus fondos sean aportaciones de los Estados (actualmente esa tasa es de sólo el 16 %), aunque eso se lograría mediante un aumento progresivo, por lo que el porcentaje solo se alcanzará hacia 2030.
La asamblea debatirá por otro lado cambios en las regulaciones sanitarias internacionales, dictadas en 2005 y que han probado ser insuficientes en pandemia, y se intentará avanzar en un posible instrumento legal internacional contra las pandemias que mejore la preparación global ante estas amenazas.
En diciembre del pasado año ya se aprobó una hoja de ruta para ese posible tratado, convención, acuerdo o instrumento similar, pero entonces ya se adelantó que hasta las asamblea de 2024 no estará listo para su posible aprobación y adopción por parte de los Estados miembros.
«Podría ser un instrumento vinculante, pero todavía no se ha tomado una decisión al respecto», señaló esta semana el responsable jurídico principal de la OMS, Steve Solomon, quien recordó que por ahora el único corpus legal vinculante que se ha consensuado en el organismo es el Convenio Marco para el Control del Tabaco, de 2003.
Una asamblea en tiempos de conflicto
La guerra de Ucrania sobrevolará la asamblea, cuyo lema este año es «Salud para la paz, paz para la salud». Aunque no se ha excluido a Rusia de participar en ella, sí se espera que Tedros haga una evaluación de los terribles efectos que la invasión ha tenido en el sistema sanitario ucraniano, incluyendo ataques a instalaciones asistenciales que podrían ser considerados crímenes de guerra.
Al margen de la pandemia y los conflictos, la OMS destaca como grandes objetivos en la asamblea la elaboración de un plan para prevenir y controlar enfermedades no infecciosas en esta década, otro para luchar contra desórdenes neurológicos como la epilepsia y programas contra la explotación sexual, los abusos y el acoso.
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